La saga de los menonitas en el Llano
Opinión

La saga de los menonitas en el Llano

La envidia y la inquina en contra de este maravilloso grupo de emprendedores que cultiva en el Llano maíz, soya y sorgo, no tiene límite

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enero 01, 2024
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Pocas cosas tan poco llamativas de los colombianos como aquella de ponerle zancadilla a todos los que salen adelante. A un grupo que le han tratado de hacer la vida imposible es a los menonitas, conocidos como los seguidores de Menno, un sacerdote católico de Países Bajos quien se apartó́ del clero en 1543. Los menonitas, como lo relata una excelente separata del diario La República, llegaron a Colombia en el 2016 a asentarse en una vereda de Puerto Gaitán en el Meta. La mayoría de los que migraron eran miembros de la comunidad menonita asentada en México, que vinieron en búsqueda de mejores oportunidades y de un lugar con las condiciones óptimas para desarrollar sus sistemas agrícolas. Ese año llegaron tres familias y en 2017 migraron otras 18. Hoy, ya hay entre 160 y 170 familias, las cuales habitan entre las fincas Liviney, Australia y San Jorge. Los menonitas son una comunidad de profundas raíces agrícolas, en donde sus miembros comienzan a trabajar la tierra desde muy temprana edad.  


Hoy los menonitas producen más de 200.000 toneladas de maíz seco, una quinta parte del total nacional de maíz amarillo; y más de 100.000 toneladas de soya, 46,4% de la soya importada


La altillanura, como bien lo destaca el informe de La República, es una de las regiones clave para el desarrollo de cultivos como el maíz, la soya y el sorgo, no solo porque tiene cinco millones de hectáreas de tierra extensiva, sino porque posee un óptimo régimen de lluvias para las siembras. Hoy los menonitas producen más de 200.000 toneladas de maíz seco, que representa una quinta parte del total nacional de maíz amarillo; y más de 100.000 toneladas de soya, que equivale al 46,4% de la soya importada. El informe de La República señala que Fenalce, la Federación de Cultivadores de Cereales, afirma que, en Colombia, “el maíz es el tercer cultivo con mayor superficie de siembra después del café́ y el arroz, pero que, a pesar de ello, es el país con mayor volumen de importaciones en Sudamérica y el séptimo en el mundo. En cuanto al maíz amarillo, según cifras del gremio, se importaron 6,11 millones de toneladas que suplen la demanda “insatisfecha” (79 % de la producción local), cantidad que podría sembrarse aquí; sin embargo, con corte a 2021, tan solo se sembraba 1% del área potencial.”

La envidia y la inquina en contra de este maravilloso grupo de emprendedores no tiene límite. A pesar de que en la actualidad la comunidad cumple con todos los requerimientos ambientales y ecológicos, las comunidades indígenas y las ONG de extrema izquierda han tratado de hacer hasta lo indecible para que los menonitas abandonen estas tierras que están generando enorme riqueza. Abraham Loewen, miembro de la comunidad, responde a estos ataques: “Las comunidades indígenas dicen que nosotros estamos acabando con la naturaleza, pero no es cierto, ya hemos sembrado árboles y lo seguiremos haciendo el próximo año. Nosotros no comemos ni chigüiros ni dantas, ni los matamos porque no nos hacen daño. Nosotros convivimos con los animales.” Ojalá los enemigos del desarrollo no logren su propósito de forzar a los menonitas a salir del país. De esto ocurrir, ¡somos la totalidad de los colombianos que terminamos perdiendo!

                                          *****

Apostilla 1: Qué alegría ver el apoteósico recibimiento que le brindaron en Medellín los empleados de las Empresas Públicas de la ciudad a Federico Gutiérrez y su equipo. Después de cuatro años de desgobierno e intentos de desvalijar la empresa por la recua de pícaros que gobernaba la ciudad, los empleados de esta empresa no podían esconder su satisfacción al ver que regresaba un nuevo alcalde intachable con un equipo honesto, responsable y trabajador.

Apostilla 2: Miserables las amenazas al senador Humberto de la Calle por haber manifestado “El llamado Estado Mayor Central es una colección de bandas narcotraficantes recogidas de un modo un tanto artificial bajo una denominación que nunca debió ser aceptada.” ¡La verdad duele!

Publicada originalmente el 20 de noviembre 2023

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