Hubo sorpresa con la decisión del Congreso de la República al hundir las 16 circunscripciones especiales de paz que le dan un espacio a las víctimas dentro del capitolio. No se entiende como el ministro del Interior Guillermo Rivera no se percató oportunamente que los 50 votos a favor eran suficientes para darle vida a las curules. El presidente del Senado Efraín Cepeda y el secretario Gregorio Eljach tampoco lo hicieron y en su afán por acabar con la plenaria hundieron el acto legislativo.
Las reacciones no se hicieron esperar y políticos como Roy Barreras y Juan Fernando Cristo hicieron oír su voz rápidamente: el quórum sobre el cual se debía contar la votación no era de 102 sino de 99, por las sillas vacías de Musa Besaile, el ‘Ñoño’ Elías y Martín Morales, todos del Partido de la U. Así las cosas, la mayoría no sería de 51 votos, como se creía inicialmente, sino de 50 porque la mitad de 99 es 49.5, pero al aproximarlo al siguiente número entero los votos necesarios serían 50. Este es el argumento principal del gobierno y se basa en la sentencia C-784 de 2014 de la Corte Constitucional. Según el texto de la magistrada María Victoria Calle dice que “[7] En caso en que la contabilización se hace sobre un número impar, basta con obtener más de la mitad de los votos. Pues la mitad aritmética se aproxima al siguiente número entero”.
Con la carta que le envió el ministro Guillermo Rivera a Efraín Cepeda el gobierno espera revivir las 16 curules que hacen parte del acuerdo de paz y que era uno de los puntos más peleados por las víctimas. La reacción de Rivera, aunque fue tardía porque incluso él dijo que el proyecto se había hundido por “un grupo de senadores que le fallaron a la paz”, parece ser la salvación del gobierno que espera que la secretaría del senado acepte la tesis. Si no sucede, la siguiente instancia sería llevar la discusión al Consejo de Estado, quien tendría la última palabra.