Evidentemente yo ya recorrí la ruta que les voy a enseñar y por ende ya tengo candidato.
Esto no significa que yo quisiera llevarlos hacia él, porque el camino que usted tome depende de sí mismo. Así como lo oye, usted y solo usted podrá virar, girar, devolverse, parar e incluso dejar de leer este artículo si le parece ridículo. Ojo pues, tome apunte que solo necesita dos cosas: sus principios éticos y morales.
Ya sin más preámbulos, ¡comencemos!
- Escoja una empresa, un negocio, cualquiera, piense o imagine cuál de todos los habidos le puede generar utilidades por millones de forma prolongada y sostenida a través del tiempo.
- A su elección le vamos a dar un único chance para cambiarla, oiga bien solo uno. Recuerde que los negocios pulpos son aquellos que la gente más necesita y en la medida que mucha gente esté dispuesta a pagar por lo que usted les vende o les ofrece, pues usted estará hecho. Después de esta apreciación, ya no se puede echar para atrás, el negocio del que usted es dueño es ahora suyo.
- Imagine que ya comenzó a rodar y todo va por las nubes, su cuenta bancaria se infla día tras día, usted solo ve cómo con el dinero puede materializar sus sueños e incluso los de sus seres queridos.
- Han pasado 5 años y usted está muy cómodo en esa posición de líder, pero como todo no dura para siempre, un buen día llegó alguien a competir con usted. Pero no es cualquier pelagato, este alguien es muy poderoso y tiene en su poder lo mismo que usted vende u ofrece solo que a este lo respalda un poder mucho más vasto. ¿Cómo se sentiría usted?
- Imagínese ahora que a quemarropa este intruso llega con una tecnología importada que usted no puede comprar y que, aunque no cambia en esencia lo que ambos venden u ofrecen, le permite gastar menos para llevárselos a la gente. Esto le permite darse el lujo de bajarle el precio al que usted lo vende. Inmediatamente usted sabe que por la planta baila el mono, así que la gente comenzó a corrersele a usted. Nuevamente, ¿cómo se sentiría usted?, ¿qué haría para competir mejor?
- Ahora imagínese que ese alguien es el Estado y al cabo de solo 8 años prácticamente eliminó con todos sus clientes, porque ahora todos le compran a él.
- Usted tuvo su noche buena, le pusieron tatequieto. ¿Era justo, no cree?, La fortuna que usted amasó no fue producto de su trabajo, fue una plata fácil, algo así como un baloto. Y si usted quedó “ardido” o “rabón” no se preocupe, aunque perdió todos sus clientes, no todo es malo. Recuerde que el Estado somos todos, lo público ganó y por ende usted también.
- Por último, imagine que todos los candidatos son esos nuevos administradores poderosos que van a mejorar el Estado colombiano, van a entrar a competir con negocios pulpos. Estudie quién podría ser el que mejor administraría el poder que tiene, eso es lo que usted va a decidir en las urnas.
Espero que le haya gustado esta ruta, si le gustó ponga a otros a hacerla para a ver qué deciden, muchas gracias.