Para empezar, hay que decir que los argumentos del señor Rengifo a lo largo del texto son simplistas y populistas, sin contar con que denotan su total desconocimiento sobre el tema.
Con eso claro, hay que señalar que la comparación que hace es injusta e injustificada. De hecho, ni siquiera tiene mucho sentido. Mientras Zara es una cadena de moda que diseña y confecciona las prendas que vende; el Only es una cadena de almacenes que comercializa, entre otras cosas, prendas hechas por terceros (por lo general microempresarios colombianos).
Y ahí no para la cosa. Ambas empresas, como ya se mencionó, fuera de dedicarse a negocios distintos, se enfocan a públicos completamente diferentes a través de estrategias muy disímiles. Por un lado, lo que hace Zara es fijar los precios de acuerdo al target que quiere alcanzar en cada lugar. Por ejemplo, en Colombia busca la clase media-alta y alta (de ahí que sus productos sean hasta un 50% más caros que en otros países), por lo que muchos le atribuyen a la marca cierto estatus, en tanto que en España se dirige a un segmento más estándar, por lo que está lejos de ser considerada de lujo o algo por el estilo. Por otro lado, el Only se enfoca a una clientela de clase media y media-baja por medio principalmente de las tarifas que maneja, que vale mencionar que muchas veces están por debajo del precio de costo del producto.
Además, mientras Zara busca cautivar a sus clientes con prendas de moda a un precio relativamente bajo, si se compara con el de la ropa de diseñador que muchas veces intenta emular (de hecho, ha sido denunciada por plagio), el Only le apuesta a la calidad a muy bajo costo, como ya dije. A la larga, Zara pretende hacer asequibles las tendencias de pasarela, apuntándole a la “democratización de la moda”, mientras que el Only no tiene pretensiones de ese tipo, sino que buscar favorecer el bolsillo de sus clientes.
Con eso claro vale decir que, a diferencia del Only, la premisa de Zara no tiene que ver con ofrecer ropa de calidad, sino más bien con hacer negocio a través de la denominada moda rápida; estrategia que busca aumentar el número de colecciones de moda cada año para “satisfacer la demanda” del consumidor. Es decir, ya no se limita a sacar ropa como se hacía convencionalmente (verano-primavera y otoño-invierno), sino muchas veces más. ¿Por qué? Para que la gente siempre esté comprando y anhelando tener en su armario, así sea por poco tiempo, las últimas tendencias (que pasan tan rápido como llegan)… así fluye el dinero en la caja. Eso sí, a expensas de la mano de obra mal pagada en países donde las condiciones laborales son más que nefastas y la explotación es la norma. Si no me creen, vean todo el drama sobre este tema en lugares como Bangladesh, donde ha habido incontables tragedias en fábricas.
Para cerrar, la discusión trasciende el asunto de clase con el que la gente tanto pelea acá. De hecho, como dato curioso para los que no saben, la reina Letizia de España y sus hijas (entre ellas la futura monarca del país ibérico) son clientes asiduas de la marca. Incluso, la misma Kate Middleton, esposa del príncipe William (segundo en la línea de sucesión al trono de Inglaterra), ha usado diseños de Zara en múltiples ocasiones. Así que, por favor, dejen la estupidez de creer que lo que cuesta la ropa que usan les suma o les resta estatus o clase. Es hora de superar esa discusión, no sean arribistas. Por cierto, también superen ese delirio de querer opinar sobre todo, especialmente cuando no tienen idea de lo que hablan.
