En las escuelas públicas y privadas de Venezuela los niños aprenden en los primeros cursos a conocer el alfabeto y su uso con patrones expuestos en las cartillas oficiales de enseñanza tales como “El Che luchó en Cuba” o “Cuba sí, yanquis no” para instruirse, por ejemplo, en el empleo de las letras Ch y Y, respectivamente.
Los proyectos estatales para divulgar la ideología Chavista no se detienen. El gobierno de Nicolás Maduro está próximo a promulgar la Ley de Educación Militar en las escuelas, que se aplicará desde el preescolar hasta el bachillerato. En ella, se estipula que “la educación militar debe ser bolivariana, nacionalista, socialista y antiimperialista e incorporar las bases doctrinarias, filosóficas e ideológicas del pensamiento y acción de Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora y del comandante supremo Hugo Chávez Frías”. Los críticos caracterizan esta estrategia como “la colonización cubana”
En la frontera, en el Estado de Táchira, la guerrilla colombiana pro-cubana Ejército de Liberación Nacional (ELN), tienen presencia en las escuelas públicas venezolanas con anuencia del gobierno. Circula sin restricción alguna entre los niños su revista “Antorcha Elena”, además de otros documentos y fascículos de su arsenal propagandístico. Pero también suena su emisora radial clandestina “La Insurgente Estéreo” que emite sus programas de crónicas apologética desde la frontera venezolana por la frecuencia 96.7 y con un cubrimiento de todo el estado del Táchira.
Desde hace varios meses el Colegio de Profesores Seccional Táchira en cabeza del profesor Javier Tarazona viene solicitándole inútilmente al gobernador del Estado Táchira, José Vielma Mora, que suspenda la señal. Abiertamente han dicho: “El Estado venezolano es cómplice de la guerrilla colombiana y de los grupos irregulares para que operen aquí, el estado los protege, es complaciente. Deforman a nuestros estudiantes y ciudadanos así como también ponen en riesgo que algún día no muy lejano recluten a nuestros niños, niñas y adolescentes para formar parte de esas agrupaciones revolucionarias, porque todo el material circula entre las comunidades más pobres. ” Todo esto va complementado con la idolatría a la imagen de Hugo Chávez, Ernesto ‘Che’ Guevara y Fidel Castro. Los profesores declaman a grandes voces: “¡Chávez vive!” y los estudiantes menores de 7 años, aprenden a responder poniéndose de pie de manera inmediata y gritando en coro, preferiblemente con la mano derecha sobre el pecho: “¡La patria sigue”.
De acuerdo con Tarazona, la educación oficial ya no responde a un plan pedagógico y del conocimiento académico, sino que está enfocada al proselitismo político proclive al gobierno. Los contenidos temáticos de los libros oficiales de estudio y los computadores educativos (conocidos como ‘canaimas’) dan cabida a la revolución cubana y exaltan la militarización nacional y el culto a Hugo Chávez como “comandante supremo”. Igual sucede con las calcomanías para marcar los cuadernos de los niños en los que aparece invariablemente la cara de Chávez.
Estos libros apologéticos de Chávez y al régimen comunista cubano llegan a más de seis millones de niños en el 80 por ciento de las escuelas venezolanas, tienen carácter obligatorio y, en su mayoría, son elaborados en Cuba.
Los gremios nacionales asociados a la educación, incluidos los de padres de familia, han rechazado el adoctrinamiento a los estudiantes escolares del país. . Paradójicamente, la Ley Nacional de Educación prohíbe el proselitismo político dentro de las instituciones educativas y los textos de enseñanza escolar, y exige una educación “libre, plural y democrática”.
En los textos de historia oficial, Chávez es el único presidente digno de ser destacado e idolatrado que ha tenido Venezuela. El libertador Simón Bolívar siempre aparece asociado a su imagen. En una conversación simulada en el capítulo de uno de los libros de historia Bolívar le dice a Chávez: ”Yo te acompaño en tu sueño de libertad, que fue también el mío” y después en la biografía dice: “Hugo se quema las pestañas estudiando y lo hace con un fusil en una mano y con Bolívar en la otra, las dos armas que utilizará para sus luchas futuras”.
El lenguaje conflictivo subyace en los patrones educativos. Cuando un estudiante va a recuperar una asignatura a eso se le llama “La gran batalla”. “Quisieramos una educación para la paz, creemos que el lenguaje, la semántica y la acción curricular deben ser una acción de paz y no de conflicto ni de disputa”, dice Javier Tarazona.
En la Venezuela actual, del Socialismo del Siglo XXI, el 8 de octubre se celebra oficialmente en el calendario escolar el Día del Guerrillero Heroico, en honor al argentino Ernesto ‘Ché’ Guevara.
El alto contenido político en la vida de las escuelas primarias y secundarias llegó, incluso, a los textos de matemáticas. Así lo denunció el diario El Nacional, de Caracas, al revelar que en la ‘Colección Bicentenario’ existen fallas deliberadas en los conceptos fundamentales, se fomentan antivalores y están cargados de ideología del gobierno actual. Esto se ve en la excesiva aparición de las ventajas de los programas y misiones sociales de la presidencia a través de ejercicios matemáticos. Además, hay errores en los contenidos y menos ejercicios numéricos.
La decadencia educativa se agudiza también con el déficit presupuestario general para la adquisición de libros que no sean las cartillas oficiales gratuitas y el bajo salario de los maestros. Todas las bibliotecas públicas del país están desactualizadas y el 80 por ciento de la infraestructura educativa de los liceos está “destrozada”, de acuerdo con datos del Colegio de Profesores.
“El 80 por ciento de los liceos no tiene laboratorios de física, biología y química, lo que quiere decir que estamos graduando bachilleres en ciencias que no conocen ni un microscopio, ni un tubo de ensayo”, se lamentó el profesor Tarazona. Investigaciones independientes han encontrado que en Venezuela las aulas están en condiciones muy precarias, con infraestructuras añejas que padecen filtraciones y todo esto desmejora y afecta la dedicación al estudio que deben observar los estudiantes y sus profesores.
El salario de los maestros de categoría 1 (graduados y con al menos tres años de servicio) es de 38 dólares mensuales, cantidad que no alcanza ni siquiera para la cesta básica, que vale 200 dólares. Un profesor con 25 años de experiencia tiene un salario de 97 dólares, lo que tampoco alcanza a completar ni la mitad de la canasta básica.
Recientemente, el presidente Nicolás Maduro autorizó un aumento de 45 por ciento el salario a los militares, a quienes prefiere tenerlos de su lado, de manera que el sueldo más bajo quedó en 74 dólares. “Cuando tú tienes un salario de 5.800 o 6.000 bolívares (45 dólares) con posgrado y un saco de cemento te vale 1.000 bolívares (7 dólares) ¿cuándo construyes una casa?”, se pregunta el médico Tarazona.
Venezuela también ha llevado su revolución a las universidades: creó el programa Medicina Integral Comunitaria, carrera, paralela a la de medicina tradicional. Fue concebida para la atención primaria y prevención de enfermedades en comunidades apartadas y lejanas. No obstante, la médica internista Delia Camargo denunció la falta de competencias y de preparación para ejercer la profesión en los hospitales.
El gobierno, además de presionar para que estos médicos trabajen en hospitales públicos, está presionando para que realicen especializaciones desconociendo que estos médicos solamente están capacitados para trabajar en ambulatorios y en labores de tipo preventivo. En la visión Chavista no importa que un enfermo muera, lo grave es que antes no lo haya visto un médico de la revolución, con lo cual el estado queda exonerado de responsabilidad. Para los médicos tradicionales los beneficios que obtienen los comunitarios son desiguales dice Julio Camargo, hasta frente a los quien además señaló que incluso los practicantes son remunerados mientras los de medicina tradicional no. El presidente de la Academia Nacional de Medicina, Claudio Aoun anotó las fallas en el pensum académico de los médicos comunitarios que “no cursan laboratorio, radiología, histología, parasitología, anatomía patológica, prácticas clínicas y no hacen el año rural”. El acto de graduación es presidido por el Presidente de la República en una ceremonia que es transmitida a todo el país por canales de la televisión oficial dándole toda la significación. La inspiración chavista del proyecto del siglo XXI es el modelo cubano y los hermanos Castro, y a juzgar por el trabajo proselitista que realizan desde la primer infancia queda claro que se trata de un proyecto que va para largo.