El contrabando de ganado y carne desde y hacia Venezuela es un negocio muy rentable que existe desde hace más de 50 años. Cuando la bonanza, el ganado colombiano pasaba a San Cristobal y ahora, en la crisis en sentido contrario. Un novillo gordo de 500 kilos en Venezuela vale $ 300.000 y en Colombia $ 2.3 millones y los pueden pasar a pie por alguno de los 249 pasos ilegales que existen en una frontera de 2.219 kilómetros. Se calculan que anualmente entran entre 300 y 400 mil animales de contrabando, pero por qué si desde hace ocho años no se reportaban brotes de aftosa, ¿ahora se dio?
Primero, el deterioro de la situación en Venezuela tiene los controles sanitarios por el piso; desde el 2014 no se hace ningún reporte de control de la enfermedad, lo cual según la propia Organización Mundial de Salud Animal (OIE) para América Latina, Venezuela supone un riesgo para sus vecinos en materia de fiebre aftosa. Pasan incluso animales legalmente sin registro sanitarios y sin marcas, con lo cual no puede hacérsele trazas.
Segundo, el ganado ilegal se transporte sin restricción alguna. Yacopi, Cundinamarca, donde se dieron brotes está a 633 kms de Arauca y a 557 kilómetros de Cúcuta y se atraviesan entre cinco y siete peajes al recorrerlos. El ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, tuvo que admitir el lunes 17 de julio que algunos funcionarios del ICA, presuntamente, habrían expedido “guías de movilización” de ganado identificándolo como colombiano cuando en realidad venía de contrabando desde Venezuela, los camiones interceptados con ganado de contrabando presentaban sus Guías en regla. El gerente del ICA, Luis H. Martínez, confirmó que hay 18 procesos activos a funcionarios por “cometer algún hecho ilícito o emitir falsas guías de movilización”.
Tercero, la pelea del Ministro de agricultura Aurelio Iragorri contra el Presidente de Fedegan José Felix Lafaurie tuvo un efecto negativo en el control de la vacunación. En mayo de 2016, el Ministro logró que la Superintendencia de Sociedades ordenara la reorganización al Fondo Nacional del Ganado – FNG, que Fedegan administraba desde su creación en 1993 y que se encargaba de gestionar los parafiscales aportados por los ganaderos en procesos como los de vacunación del ganado, donde se mantenía un proceso de rigor en la vacunación, con control sanitario predio a predio. Fedegan hacia bien la tarea y desde hace un año el FNG sigue acéfalo y el exitoso esquema de vacunación que estaba probado quedó hecho trizas. Los comités ganaderos, encargados del control en las regiones habían prendido las alarmas, pero el Ministerio hizo oídos sordos.
La aftosa llegó al territorio nacional por los llanos orientales desde Venezuela en 1950, el virus que afecta a los búfalos, porcinos, ovinos y caprinos, o animales de pezuña hendida, provoca fiebre y úlceras en lengua y pezuñas de los animales, por lo que no pueden comer ni caminar, aunque las ampollas se curan en un plazo promedio de menos de siete días, el impacto de la enfermedad sobre las tasas de crecimiento o de producción puede persistir tras la recuperación. Como medida preventiva, en el centro del país se encuentran en cuarentena más de un millón de reses, que no pueden ser comercializadas, los protocolos recomiendan al identificar un brote, sacrificar no solo el ganado afectado, sino la totalidad de animales en los predios donde se detecta la enfermedad. Solo 28 días después de sacrificar el último animal con aftosa, la OIE podrá emitir un nuevo concepto sanitario del país, fecha que se demorará por la aparición de los nuevos brotes.
El pasado 19 de julio, el ICA reportó dos nuevos focos, uno en el corregimiento de San Faustino, en Cúcuta donde serán sacrificados 113 animales y otro en el municipio de Tibacuy en Cundinamarca donde se sacrificarán 16 animales. Pero a la fecha, todavía no ha sido posible sacrificar el ganado en Yacopí, identificado desde el 11 de junio, el mal estado de las carreteras, no permite el traslado de las retroexcavadoras que se necesitan para cavar las fosas de más de 4 metros de profundidad que según el protocolo de la OEI se requieren para garantizar la extinción del virus.
Aunque la enfermedad no se transmite en humanos, ni tiene consecuencias en la salud si los productos cárnicos son bien preparados, los efectos en las exportaciones son dramáticos. A principio de año se exportaba ganado a 18 países y ya se han perdido 7 destinos: Rusia, Perú, Chile, Ecuador, Panamá, Egipto y Aruba. En el caso de Chile y Rusia los cargamentos fueron devueltos por los controles de esos países, solo Rusia representaba el 45 % de las exportaciones del país. La amenaza cubre a ganaderos grandes y medios, se calculan que son 450.000 los que están en alerta. En un sector que le generó a la economía más de 16,4 billones de pesos en 2016, más de tres veces que el sector cafetero, las pérdidas según Lafaurie presidente de Fedegan, entidad que agremia a la mayoría de los ganaderos, llegarían a $ 400 mil millones. Y todo por cuenta de una pelea política entre el Santismo representado por Iragorri y el Uribismo, quien tiene en José Felix Lafaurie, uno de los líderes más reconocidos.
