La revancha de los gais para no dejarse arrinconar

La revancha de los gais para no dejarse arrinconar

Cuentan con una aplicación, 'Ego City', para enterarse desde su celular de bares, discotecas, hoteles, restaurantes y saunas donde nadie los molesta

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septiembre 14, 2016
La revancha de los gais para no dejarse arrinconar

Ernest, alemán, 44 años. Ha llegado a Bogotá buscando diversión. No conoce a nadie en la ciudad. Salir sin conocer el idioma ni las calles podría ser peligroso. Un amigo le recomienda Ego City, la aplicación creada por los hermanos paisas Marco y Raúl Jaramillo que ofrece, desde la pantalla del celular, discotecas, hoteles, restaurantes y saunas gays. Gracias a un click, Bogotá ha dejado de ser, para Ernest, una ciudad extraña.

Raúl es un publicista de la Universidad Bolivariana que terminaba, a finales de la década pasada, una especialización en branding en Barcelona. La rumba rosa allí era una explosión que sumergía a la ciudad en un verano incesante. Las guías para seguir la ruta gay yacían en las mesas de todos los cafetines. Su hermano Marco, periodista de la Universidad de Antioquia que vivía en esa época en Londres, fue a visitarlo. Obnubilado por la liberalidad barcelonesa, le propuso a Raúl crear una aplicación que le sirviera en bandeja de plata los placeres del mundo gay a sus usuarios. Durante años rumiaron la idea hasta que en el 2013, cuando ambos estaban de vuelta en Medellín, le plantearon la iniciativa tecnológica al Min Tic quien les otorgó un paquete de 50 millones de pesos. 15 de ellos en efectivo. El dinero lo usarían para lanzar su app. No tuvieron suerte.

Primero unos asesores que contrataron los convencieron en que tenían que hacer una aplicación híbrida que sirviera para teléfonos Android y I Phone. Durante dos meses funcionó sin problemas. Después colapsó la plataforma: Las app híbridas servían para cierto tipo de aplicaciones pero no en las que tenían geolocalización. Se perdieron 12 millones de pesos. Con un nuevo impulso de 21 millones de pesos que les otorgó Min Tic contrataron a un joven ingeniero de sistemas egresado de la Universidad de Antioquia. Al principio trabajaron bien, después el muchacho desapareció. Volvieron a saber de él cuando leyeron de casualidad una nota en el periódico ADN en donde hablaba de una nueva aplicación para mascotas. El muchacho no sólo les había robado 16 millones de pesos sino también su idea.

Sin importar las perdidas siguieron su camino. A principios del 2014 crean una publicación impresa a la que llamaron Ego city. A principios del 2015 montan la revista web de claro tinte provocador. A mediados de ese año hacen el tercer intento por sacar a flote la aplicación. El sueño se hace realidad en abril de éste año. Al ver el éxito en las convocatorias, en donde han ganado más de 200 millones de pesos, de descargas -4.500 descargas al mes-, de visitas -1.800 diarias-, y de seguidores -70 mil repartidos entre Colombia y México, la terquedad de los hermanos Jaramillo estaba justificada.

Manipular Ego City es sencillísimo, tan sólo se debe tener claro qué tipo de diversión se desea para que ésta sea satisfecha. El hedonismo del mundo gay se satisface en las opciones que entrega el celular. 170 empresas ya pautan con ellos. El número va en alza, el país está cambiando. Aunque aún falta un trecho muy largo por recorrer.

Los ataques de comunidades cristianas radicales no se limitan al insulto en redes sociales. El año pasado, un hacker les destruyó su plataforma. La volvieron hacer y esta vez muy bien fortificada. Hace un par de meses, durante el escándalo de las cartillas del Ministerio de Educación, intentaron atacarla dos veces. No pudieron entrar.

La expansión de Ego City es inminente. En noviembre, los hermanos Jaramillo viajarán a México en donde la aplicación ya es usada ampliamente así no sirva de mucho aún. La idea es hacer compatible el geolocalizador con el DF y así el gay que llegue a la ciudad no se sienta un extranjero más.

Los cinco millones de LGBTI que viven en Colombia son el mercado inminente que tiene Ego City. Toda los placeres rosa caben en un celular.

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