En lo transcurrido del año, la balanza comercial arroja pésimos resultados que no se veían tan acentuados desde el año 2007, y que terminamos con un balance de -824 mdd.
La revaluación del año ronda la cifra del 11% y los precios agrícolas no están lejos de ser los más caros del mundo. El déficit en cuenta corriente hoy, está por encima del 4% del PBI, en un acelerado crecimiento desde el mes de marzo. Una situación muy similar a muchos países de la región.
Las cuentas nacionales están en uno de sus peores momentos, los bienes no transables aparentemente han mantenido un meticuloso crecimiento desde el año pasado, en la cobertura de servicios y en gran medida, por el proyecto “100.000 viviendas gratis”, sin dejar a un lado la construcción privada; son algunos factores para la revaluación.
Por otra parte, los bienes transables van de mal en peor, el desmantelamiento de la industria es un claro ejemplo, las exportaciones agroindustriales –según Proexport– mostró un decrecimiento de US$42,4 millones en carnes, US$181,5 millones en bovinos y US$60,1 millones en metalurgia.
Un balance desalentador que reportado hasta el mes de mayo es de -1.135 mdd. Las exportaciones totales siguen a medio pulso con caídas alarmantes de un 4,5% en aumento.
El balance comercial pasó de US$6.000 millones a un déficit de US$1.500 millones según el reconocido economista Eduardo Sarmiento.
El país está viviendo una oportunidad en la que tiene tiempo para cambiar las medidas fiscales, optar por un mejor tipo de cambio sin descuidar la producción; la política cambiaria no sólo debe pensar en la inflación, porque nos quedaríamos jugando con la curva de Phillips, adoptar un tipo de cambio flexible y responsable opera como eslabón entre importaciones y exportaciones.
El sector minero-energético permanece a la expectativa, frente a la posible venta de ISAGEN, otro desalentador escenario para una hecatombe energética para el futuro del país, no sólo por su patrimonio material, sino por la soberanía que está en juego; las rentabilidades mineras han caído en este segundo trimestre del año.
Es oportuno detenernos ahora, para precisar las frustradas políticas del libre cambio (TLC), el sector empresarial del país, ya está sintiendo el golpe negativo en la balanza comercial de este año.
Las principales razones por las cuales el desempleo y la brecha inequitativa del ingreso han crecido en estos últimos cinco años, tienen nombre propio y es la revaluación.
Se necesita primero salir del déficit de cuenta corriente, se debe trabajar en buscar un superávit fiscal, para que el gobierno pueda manejar las divisas, un superávit que se pueda liquidar tranquilamente y le dé un respiro a varios sectores económicos, en especial, el agrícola y el industrial; recuperando la economía de la nación sin afectar el empleo y la producción.
