La resurrección de Julio Jiménez, el escritor que llenó de plata a la televisión colombiana

La resurrección de Julio Jiménez, el escritor que llenó de plata a la televisión colombiana

Desde hace 20 años poco se sabía de su vida pero su huella sigue viva como el libretista de las telenovelas más populares como lo fue 'Los cuervos', 'En cuerpo ajeno', 'Pasión de Gavilanes', entre otras

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abril 13, 2021
La resurrección de Julio Jiménez, el escritor que llenó de plata a la televisión colombiana

Imagínense lo que era la televisión colombiana a comienzos de los años 80. Había cosas de las que no se podían hablar. Julio Jiménez rompió con todo. Fue el primero que habló abiertamente  de temas tabú como violaciones en un programa que se llamaba El cuento del domingo, de incesto en Los cuervos, de muertas que regresaban de sus tumbas en Lola calamidades. La escena de la muerte de un niño por envenenamiento con racumín, desató en 1985, cuando el propio director de RTI y padre creador de la televisión colombiana, Don Fernando Gómez Agudelo, ordenó suspender la emisión de la telenovela durante cuatro semanas. ¡Cuánto extrañamos los tiempos en los que se podía escandalizar de esa manera! Tan misterioso como sus historias Julio Jiménez es un fantasma de 70 años del que nadie sabe demasiado.

En Cali, la ciudad donde nació, a finales de los años sesenta, un grupo de muchachos aspirantes a cineastas conformado por Luis Ospina, Carlos Mayolo y Andrés Caicedo, crearon el Gótico Tropical: así estuviéramos expuestos a las inclemencias del calor, nosotros, como los alemanes y su Romanticismo, también creíamos en lo sobrenatural. Mientras ellos bebían de las fuentes de las películas de vampiros de Dan Curtis y Terence Fisher, Jiménez era un joven solitario que consumía con fruición las novelas de Agatha Christie y las películas de Hitchcock – vio 18 veces Sicosis-. A los ocho años ya había escrito argumentos de series que marcarían época, muchos años después, en la televisión colombiana: Ángel de piedra, En cuerpo ajeno y Por qué mataron a Betty si era tan buena muchacha.

Uno de los temores de Julio Jiménez cuando era niño era que lo enterraran vivo. Podía pasarse horas pensando ¿qué pasaría si fuera catatónico y, por equivocación, lo sepultaran aún respirando”. Una pequeña historia Pulp llamada Tumbas para los vivos de William Irish, ahondó aún más sus miedos. Y con ese miedo escribió y se convirtió en el más enigmático y exitoso de los libretistas colombianos.

El gran misterio de Julio Jiménez es él mismo. Él es su mejor obra. Se ha dejado fotografiar muy pocas veces, casi nadie lo ha entrevistado y no vive en una casona de balcones góticos y adornada por gárgolas como en la que vivían Los Olmedo, la familia que protagoniza Los cuervos, una de sus primeras obras maestras y uno de los clásicos más imborrables de la televisión colombiana: su hogar es un apartamento en Rosales. Sus vecinos tampoco saben que es el autor de Pasión de Gavilanes.

La versatilidad de Julio Jiménez se ve plasmada en lo escabroso que fue La abuela, el erotismo siniestro de En cuerpo ajeno y la ternura de Yo amo a Paquita Gallego. Pero la vigencia de Jiménez está reflejado en Pasión de gavilanes. 17 años después de su estreno sigue siendo máxima tendencia en Netflix y marcando más de 15 puntos de rating siendo la reposición más exitosa en la historia de la televisión colombiana. Pasión de gavilanes no es otra cosa que una adaptación de Las aguas mansas.

Los actores le tienen pavor a Jiménez. Para ser un intérprete de Julio Jiménez hay que aprenderse sus diálogos al dedillo y tienen prohibido cambiar una sola coma. El escupir su diálogo, decirlo sin la intensidad que él pedía, le podía costar a un actor el papel de una telenovela o ver cómo, de un momento a otro, él decidía desaparecerlo de la historia. Una de sus máximas es la siguiente: “No me gusta que los actores me creen personajes, porque para eso estoy yo. Ellos se tienen que meter dentro de ese personaje”.

A los 45 años dijo basta y se fue algún lugar escapado del los Cárpatos a huirle definitivamente a los focos de la televisión que tanto le molestan. Está dedicado a escribir una novela interminable, la que siempre quiso escribir. No será nunca adaptada a la televisión. Es que Julio Jiménez no tiene que probarle nada a nadie- Él fue y será siempre el gran pionero de la TV nacional.

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