La respuesta a Pala por su despedida de Las 2 Orillas

La respuesta a Pala por su despedida de Las 2 Orillas

"Si renuncias de esta forma sufrirás toda tu vida, día a día te empecinarás en corroborar tu afirmación y darás continuidad a lo que dices, es la realidad"

Por: Ivannsan Zambrano Gutierrez
noviembre 21, 2016
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La respuesta a Pala por su despedida de Las 2 Orillas

Me dueles amigo… ¿te puedo llamar amigo, hermano? Me entenderás mejor si me dejas hacerlo. Me dueles y he luchado para que el dolor cese en mí, pero vos me dueles, me hieres. Apareces y te vas, escribes que renuncias y yo me leo en esas palabras, llamas mi atención y entonces te escribo para escribirme, decirme cosas que me ayuden a vivir… en verdad nunca te había leído y es que dejé de leer a muchos, sobre todo a aquellos que se dedican a diagnosticar y diagnosticar “objetivamente” detrás de una mesa, también a los que escriben de corazón, pues siento que aunque loable, ese camino no es del todo adecuado, algo falla en él y todos lo intuimos.

No te conozco, que yo recuerde nunca he hablado con vos, pero, me siento hermano tuyo, y sé que soy tu hermano como también soy un hermano de los del Sí y de los del No, y no porque “sea” colombiano, sino debido a que soy parte de esos que creen que todos somos uno y uno somos todo y entonces soy una parte de ti y vos una de mí. Me siento cercano a vos porque también he decidido gradualmente retirarme de ese camino —y tal vez, comenzar a caminar por otro—, también el No del plebiscito me lastimó —sumado a las últimas noticias de asesinatos de líderes sociales y mucho de mi historia personal— y me recordó algo importante, la razón por la cual admiro tu renuncia; retirarse es bueno si y solo sí, aquello de lo que te retiras te disminuye, no te deja vivir más, atenta contra tu existencia, te intoxica. Ahora, esto sí y solo si, se comprende la razón del dolor, lo que impulsa el retiro…

Carlos retírate o tomate tu tiempo, en caso de que vuelvas serás bien recibido, al final las cosas son y no son, y tus palabras hoy pueden y seguro serán distintas a las de mañana. Gracias por lo que hiciste, te aplaudo por creer en el cambio, te admiro y te quiero como hermano. Solo te invito a considerar dos cosas, te pido dos cosas. Una, por favor no te vayas pensado que ese territorio a quienes muchos llaman Colombia es “…un etéreo fundado sobre la indiferencia (cuando no el desprecio) frente al dolor del otro. La insolidaridad es nuestro germen y la aplastante mayoría de los colombianos solo viven para garantizar lo suyo”, al final tanto para los del Sí como para los del No “…cretinos incapaces de pensar por sí mismos como personas conscientes, preparadas y bien intencionadas”. Sé por qué lo dices, alguna vez dije lo mismo, pero Carlos, ese país no es eso y ellos tampoco.

También ellos, al igual que tú y yo —tu retiro es una muestra de eso—huyen del dolor, no quieren sufrir, viven del miedo a un mañana que no comprenden y lamentablemente, si no comprendemos las causas de nuestro dolor hacemos cosas incoherentes, huimos, gritamos y corremos de un lado a otro sin dirección. Imagínate alguien acorralado, lleno de miedo, angustia y zozobra, suma eso, alguien que no conoce de sí, pocas veces se ha dado a la tarea de pensar en sí mismo y en lo que lo condiciona, lo determina, él quiere algo, quiere vivir y ahora se encuentra contra la espada y la pared, debe hacer algo y lo primero que hace es lo primero que se le viene o le han metido en la cabeza, así eso parezca incoherente; cuando alguien está a punto de morir acepta cualquier medicamento —incluso un veneno— con la esperanza de salvarse. Eso pasó en Colombia. Una gran parte del No operó de esta forma, y también muchos del Sí.

Carlos, sé que no eres uno de ellos, a veces como todos, lo has sido, pero no vives de esa forma, seguro hay algo distinto en vos, por eso tu carta me duele aún más, en ella aparece un Carlos que…amigo, parece no comprender las razones de su dolor y entonces comienza a culpar a todos los de afuera y dice ¡ellos son, ellos son…!, y si es así no te alejas mucho de ellos, eres ellos  y todos somos ellos…al final estamos condenados y eso que llama Colombia seguirá igual, pero no es así.... Retirarse es una forma de decir No, no al dolor. También ellos, los del No —incluso los del Sí— dijeron No a base de ideas en contra del sufrimiento.

Si renuncias de esta forma sufrirás toda tu vida, pues día a día te empecinarás en corroborar tu afirmación y haciéndolo aumentarás tu dolor a la vez que, tristemente, darás continuidad a lo que dices, es la “realidad”. Vos y yo sabemos que esa mayoría de la que hablas, y también todos los otros, están, estamos confundidos, manipulados, que vivimos nuestra vida —porque así nos han enseñado a hacerlo — intentando salvarnos individualmente, protegernos y asegurarnos en nuestro lugar de confort o aquel lugar que aunque precario, ha permitido vivir y que lo hacemos con base en ideas que reproducen un sistema desigual, cruel, salvaje. Ideas que van contra nosotros mismos, que nos hacen sufrir, pero se suele pensar o sentir que es mejor lo conocido que lo por conocer y que las cosas son así y no de otra forma, entonces, devenimos en un mundo lleno de contradicciones, aumentamos el dolor y nos enfermamos. Olvidando que la realidad la construimos todos y que si cada quien decide no dar continuidad a esa realidad, otra vida, otro mundo es posible.

Nadie es un producto terminado, una esencia, nadie es un incapaz, indolente, ni insolidario en sí mismo, nadie tiene por fin determinado asegurar lo suyo — es que nadie es malvado por naturaleza, bruto, egoísta por naturaleza—, todos actuamos así debido a que nos vemos en situaciones donde al parecer, la única alternativa es esa, ser eso, lo que el momento, la sociedad dice que seamos, pero también puede ser de otra forma y es ahí donde tu apoyo, tus palabras se extrañarán. Construir otra realidad requiere de personas como vos.

Dos, Carlos ¿alguna vez has escuchado de algunos moluscos, por ejemplo las ostras y las almejas que hacen de un cuerpo extraño al interior de sí mismos una perla? Seguro que sí, todos lo hemos hecho, sabemos de eso. Una ostra no huye de lo que la amenaza, no lo saca de sí misma, hace de eso algo bello, sabe cómo relacionarse con lo que de otra forma, la disminuiría. ¿Aprendizaje? Hacer de lo que nos disminuye, nos duele, una razón para ver más, para comprender más, al final algo bello… y no para saber más, sino para ignorar menos y en esa medida, Carlos, sufrir menos, pues nos duele más lo que no comprendemos, cosas como esas nos llevan a actuar de forma incoherente, peligrosa, a huir y lastimar a los que no merecen ser lastimados en nuestra huida.

Lo que hoy te intoxica antes te hizo ver mejor, te ayudo a crecer, a saber más de ti y tú alrededor, del mundo en que vives. Un dolor bien entendido nos ayudar a crecer, nos potencia y nos da vida. Si renuncias es debido que no puedes más, ese otro fue más fuerte que vos y por salud y tranquilidad te vas, ¡está bien! Eso debemos hacer todos cuando ya no podemos más, nos hemos puesto al límite y el cuerpo, siempre sabio, nos avisa. Por eso comprendo tu despedida, la apoyo, también yo lo haría, pero recuerda, no hay malo ni malvado, tampoco bueno, por naturaleza, y siempre dependiendo de cómo te relaciones con lo que te “daña” podrás fortalecerte o cavar tu tumba.

¡Buena vida querido amigo, hermano!

 

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