Durante muchos años hemos visto pasar por nuestros medios de comunicación grandes periodistas, como Jaime Garzón, que han enfrentado de manera genuina la realidad colombiana en relación con los diferentes tipos de conflictos.
¿Pero cuál es el valor del buen periodismo en este país? ¿A qué nos referimos con buen periodismo? Si bien es cierto que hoy en día el periodismo pasa por un momento de retos y dificultades, como lo plantea Yineth Bedoya, en el que la innovación y los cambios en el modelo de negocio han transformado las dinámicas del mismo, hay esperanza.
Aunque el valor esencial que trae el periodismo en sí ha perdido su color, es momento de despertar a los futuros periodistas de este país y hacerles ver que este es un oficio lleno de mérito, como el de informar a una sociedad de individuos cada vez más ocupados con sus asuntos personales, con el objetivo de generar un mayor interés por los temas de información pública, sobre todo en medio de la apatía cotidiana.
Porque ser periodista es poder comunicar una diversidad de perspectivas y puntos de vista, y cuidar especialmente que estos espacios de reflexión y análisis no se conviertan en parlantes para la crítica sin argumentos, sino hacerlos relevantes no solo para la sociedad sino para las problemáticas que hay en sí. Esto implica una mayor comprensión del funcionamiento de los medios y una responsabilidad más profunda respecto a su oficio.
En consecuencia, frente a la información mal planteada, sea cual sea su enfoque periodístico, es indispensable crear una nueva generación de periodistas que marquen una pauta en la historia, en donde no se hable más del mal periodismo, sino que al contrario, el mundo entero se enfoque en lo bueno que se desarrolla.
Cuando me refiero a tener un buen periodismo no me refiero a la falta de críticas o un solo estilo del mismo, al contrario invito al futuro periodismo a cuestionar cada decisión del mismo en desarrollo, para un nuevo despertar de esta vocación en Colombia. Porque es verdad que somos la voz del pueblo y de los que no tienen voz, y la información del mismo. El periodismo lleva en sus manos no una carga, sino una responsabilidad que lo hace único.