Que hoy miles de estudios relacionen favorablemente el café con la salud humana, es una excelente noticia para todos.
Significa que ciertos señalamientos médicos deben desaparecer, corregirse y a lo mejor sea necesario hacer un proceso reeducativo del personal de salud. Desafortunadamente ha hecho escuela durante décadas una falsa concepción frente a esta bebida.
Equivocadamente estigmatizado, la ciencia ha probado que el café está al nivel de alimentos con poderosos nutrientes, con documentados beneficios para la salud.
De allí el alto significado para un país como Colombia que se precia de ser líder en el campo, pero en donde la cultura del café es aún deficiente. Se hacen intentos por promoverla, pero tímidos y a veces poco trascendentes.
Las investigaciones demuestran que son más sus virtudes que sus posibles efectos indeseados. Hoy puede afirmarse con certeza, que no existe ninguna persona que no pueda recibir algún tipo de café. Incluso en casos extremos existen hasta los llamados sucedáneos del café, cuando coexisten situaciones patológicas limitantes.
Son centenares los tipos de café de los que hoy se dispone, que alguno de ellos será compatible con cualquier condición especial de salud u organismo humano, aunque puedan existir excepciones.
Papel de la salud pública
Colombia es un país donde gran parte de su economía y prestigio en el mundo dependen de este producto. De allí la importancia desde la visión de la salud pública de ofrecer información, completa, responsable y sustentada en la evidencia científica.
La necesidad de aclarar mitos que van en contra de las necesidades humanas es papel esencial de la medicina de hoy, ofreciendo alternativas de consumo correcto y disfrutable. La prevención de la enfermedad, el mantenimiento y fortalecimiento de la salud, se logran creando puentes de comunicación eficaces con los pacientes.
En un país cafetero es absurdo que un Congreso le dé más atención a brebajes sin afinidad con la salud, como la “legalización” de bebidas alcohólicas de producción empírica, artesanal o casera, con el cuento del folclore y la cultura ancestral.
Buena parte de esa cultura ancestral puede no ser muy compatible con la salud humana. Ante esto el café es de lejos una bebida saludable, que merece mejor trato por parte de los organismos del Estado y las instituciones en general.
De allí la necesidad de fomentar una correcta cultura del café, que masifique aún más su consumo, bajo parámetros informados y garantes. Los ciudadanos deben recibir asesoría sobre los tipos de café, formas de preparación, hábitos de consumo y cuidados frente a la salud que deben tenerse.
Obviamente, no existe alimento alguno totalmente inocuo; los excesos con cualquier preparado, pueden ser nocivos.
En realidad, lo que puede estar causando algunos daños, no es el café 'per se'. Son las impurezas o un café deficiente, resultado de un mal procesamiento, sin las medidas correctas, para obtener un producto limpio. Los llamados cafés baratos o pasillas pueden conllevar riesgos.
Una buena cultura alimentaria, permite identificar cafés limpios, libres de impurezas, favorables para la salud. Los cafés de origen y seleccionados, bajo cultivo y procesamiento normalizado, tienen mejores garantías como bebida de uso frecuente.
El café de excelencia
Eventos como “La Taza de Excelencia” promueven altas exigencias en el cultivo, procesamiento y producción final de café. Allí se dan cita los mejores productores de café en el país, quienes presentan muestras de prueba, tipificando su variedad, bajo rigurosos estándares.
Se celebra anualmente gracias a la Asociación Colombiana para la Excelencia del Café (Asecc), buscando promover la producción y consumo de cafés especiales a nivel nacional e internacional y destacar el esfuerzo de los caficultores colombianos por producir cafés de alta calidad.
El departamento de Nariño tiene una tradición de alto nivel de calidad en sus cultivos de café (aunque no es fuerte en producción a escala).
En una altura inédita de 2450 metros sobre el nivel del mar, se encuentra la finca cafetera Obraje, en el municipio de Tangua, del arquitecto Pablo Andrés Guerrero. Desde hace unos años este personaje se dedicó al cuidado con toda la ciencia y sapiencia, de sus matas de café.
En la edición 2021, Guerrero participa con su café variedad 'Geisha' al lado de 157 lotes de todo el país. El producto de Obraje, resultó ganador de la Taza de Excelencia 2021, el concurso de calidad de café más prestigioso del mundo.
Fue seleccionado como el mejor del país con un puntaje de 90,61. Se subastó a US$135,10 la libra, un récord histórico, ya que nunca antes se había ofrecido un monto equivalente a más de 500 mil pesos la libra, comprado por la empresa tailandesa Aroma Group.
Corolario saludable
Este es un gran ejemplo y referencia para promover cafés más saludables, rol clave de los médicos posmodernos. Con una acotación ineludible: para preservar sus virtudes, no debe agregarse azúcar, bajo ninguna presentación. El azúcar añadida destruye las bondades saludables de las bebidas.
Y como dicen por allí, el café debe oler y saber a “cielo recién molido”. Ya Bertrand Russel nos lo advirtió: ‘La vida es sólo una taza de café tras otro y no preocuparse por otra cosa'.
Apostilla
Y con respecto a su supuesta toxicidad, Voltaire lo confirmó: “Claro que el café es un veneno lento; hace cuarenta años que lo bebo”.