La resistencia de las casas disqueras colombianas Fuentes y Codiscos para no dejarse aplastar de las grandes del mundo

La resistencia de Fuentes y Codiscos para no dejarse aplastar de las grandes disqueras del mundo

Fundadas por Antonio Fuentes y Alfredo Díez, fueron pioneras en un negocio que las hizo millonarias en los años 50 y hoy a duras penas sobreviven

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noviembre 12, 2023
La resistencia de Fuentes y Codiscos para no dejarse aplastar de las grandes disqueras del mundo

Esta historia comienza con dos casas disqueras colombianas y con dos hombres que, aunque tenían profesiones diferentes y estaban destinados a crear dos empresas rivales en Medellín, compartían un profundo amor por la música. Antonio Fuentes fundó Discos Fuentes en 1934 y Alfredo Díez Montoya Codiscos en 1950.  

El primero, Antonio Fuentes, fue un vendedor de medicamentos cartagenero, que luego de ir a estudiar química a Estados Unidos y enamorarse de la música y la radiodifusión, convenció a sus padres de montar una emisora, la mejor manera de promocionar la empresa familiar.

Alfredo Díez era un empresario, entonces emergente, que luego de traer discos del exterior, creó una compañía llamada Zeida. La empresa pronto pasó a llamarse Compañía Colombiana de Discos y en sus primeros años solo trabajó con licencias externas, aunque luego comenzó a grabar con sus propios artistas.

En esta iniciativa, la disquera de Antonio Fuentes llevaba la delantera porque grababa talentos desde su década de fundación. Las personalidades diferentes de estos empresarios también marcaron el rumbo de las compañías.

Mientras en los inicios de Discos Fuentes, Antonio Fuentes fue capaz de entender que era fundamental buscar sus propios artistas, Alfredo Díez se enfocó en producir para el país, los discos de los mayores referentes de la época en música internacional.

Los discos de vinilo de estrellas de los años cincuenta y sesenta como Frank Sinatra, Nat King Cole, Carlos Gardel o The Beatles pudieron adquirirse en Colombia gracias a la visión de Codiscos. Por ejemplo, Meet The Beatles de 1954 es el álbum con el que casi todo fanático colombiano se enteró de la existencia de la legendaria banda de rock inglesa.

En la competencia, parecían más preocupados por la música tropical e incluso, el período entre 1961 y 1978 se le conoce como la época dorada de Discos Fuentes. Ya que fue en ese entonces, que grabaron a artistas como La Sonora Dinamita, Alfredo Gutiérrez, Joe Arroyo, Gustavo Quintero y Los Graduados, Fruko y Sus Tesos, Rodolfo Aicardi, Los Corraleros del Majagual, entre otros.

En la empresa de Alfredo Díez también le apostaron al rock con una banda paisa llamada Los Yetis que hasta el día de hoy son considerados como los Beatles colombianos.

En esa década del sesenta, Codiscos también incursionó en la música tropical y en 1969 lanzó un compilado llamado El disco del año con el que la empresa buscaba competir con los 14 cañonazos bailables que su rival había presentado años atrás.

Ambos compilados han durado varias décadas, aunque el de Discos Fuentes se volvió más popular entre los colombianos. En 2020, se lanzó un libro conmemorando los 60 años del lanzamiento de los 14 cañonazos bailables y contando anécdotas de la historia del compacto popularizado cada diciembre.

Dos años más tarde, ambas empresas crearon una lista conjunta para celebrar la época navideña y dejaron claro que dos empresas rivales también pueden trabajar juntas y reconocer logros ajenos. La selección virtual de canciones se llamó Los Cañonazos de los Discos del Año e incluyó artistas como Pastor López, Afrosound o Binomio de Oro.

La innovación que las convirtió en invencibles

Un dato curioso es que tanto la discográfica de Antonio Fuentes como la de Alfredo Díez Montoya inauguraron sus estudios en 1960. Discos Fuentes en su mítica sede del barrio Guayabal y Codiscos en la Avenida El Poblado.

Diez años más tarde, también comenzaron en el mismo año (1970) la producción de casetes. Este formato no tenía la misma fidelidad que un disco de vinilo, pero permitía la portabilidad, las grabaciones podían llevarse en el bolsillo sin que se fueran a romper.

A Discos Fuentes se le reconoce haber sido la pionera en introducir el sonido estéreo en Colombia, mientras que a Codiscos haber adecuado los estudios de grabación estereofónica más innovadores de la época.

En 1989, Discos Fuentes construyó sus propios estudios de televisión para la producción de videoclips, pero infortunadamente, la recordada sede del barrio Guayabal y todo lo que había en ella, incluido este estudio, lo vendieron 26 años después. Antonio Fuentes falleció en esa misma década, pero sus herederos entendían la importancia de seguir siendo creativos.

Luego de que el negocio se convirtió en un éxito ascendente hasta los años noventa, momento en que comenzaron a desaparecer los casetes y a popularizarse los CD, que pronto dejaron de dejar la suficiente rentabilidad, la era digital tomó por sorpresa a las discográficas colombianas y las forzó a ser más creativas e innovadoras que nunca antes.

El panorama internacional era igual de desolador, las miles de disqueras que existían a nivel mundial en las décadas del cincuenta o sesenta, en los últimos veinte años habían comenzado a desaparecer.

Si hablamos de las de mayor relevancia en el mercado mundial podría decirse que sólo sobrevivieron tres: Sony, Warner y Universal. Otras como Emi o BMG se quedaron en el camino.

Algunos melómanos culpan de esta circunstancia a los elevados precios de los discos y al hecho de que la industria musical fue pasando de ofrecer discos en los que todas las canciones eran canciones “buenas” o populares, a vender trabajos sonoros que tenían muchas composiciones de relleno.

En la década del noventa, la mayoría de personas que compraban un álbum lo hacían solo para escuchar las dos o tres canciones que estaban pegadas en la radio y la televisión.

Ese lapso también fue una de las épocas doradas para el vallenato. Binomio De Oro, Patricia Teherán o Los Diablitos fueron algunos de los referentes y todos ellos salieron de Codiscos, empresa que pudo entender mejor que su rival, la importancia de este género musical que en la actualidad es uno de los más importantes de la música colombiana.  

Alfredo Díez Montoya falleció en 2005, su hijo Alfredo José Díez quedó a cargo, pero años más tarde tuvo una disputa con sus hermanos por la herencia de la compañía. 

Estrategias del nuevo milenio

La estrategia de subsistencia de las empresas de la familia Fuentes y la familia Díez ha sido parecida, pero con algunas diferencias. Por ejemplo, en los años noventa, Discos Fuentes comenzó a digitalizar todo su archivo musical y en 1996 se convirtió en la primera casa discográfica colombiana con portal web.

Años más tarde, Codiscos hará un gran esfuerzo por subir todo su catálogo al entonces emergente portal de videos conocido como YouTube y encontrará una de las fuentes de subsistencia en el reggaetón.

Ambas empresas también le apuntaron a plataformas de reproducción digital (streaming) como Spotify y Deezer. En 2013, uno de los años de mayor repunte, el crecimiento del consumo de música en el país a través de estos servicios fue del 85 %.

Entre sus mayores aciertos estuvo firmar a Nick Rivera, un antiguo referente del reggaetón puertorriqueño entonces venido a menos, que luego de ganar una batalla con la cocaína y las pastillas de prescripción médica estaba recuperando su carrera. También firmaron artistas como J Álvarez y el cantante urbano paisa Wolfline.

Nicky Jam no solo pudo recuperarse de sus adicciones, sino que se convirtió durante algunos años en el líder mundial del reggaetón. La gratitud de Nick hacia Codiscos fue tanta, que hasta hace poco tiempo mantuvo el contrato con ellos. En otros países trabajaba con Sony, pero en Colombia mantenía la exclusividad con la empresa paisa de la familia Díez.

En esa década también ocurrió el boom de la música popular colombiana con el que aparecieron artistas que retomaban las épocas doradas de El Charrito Negro, El Caballero Gaucho o Julio Jaramillo, pero ahora interpretaban sus canciones con un enfoque más pop. Codiscos entendió la importancia de este fenómeno y firmó a artistas como Francy, Jhonny Rivera, Giovanny Ayala o Paola Jara.

En 2021, con las ventas de vinilos en alza después de la pandemia, Codiscos se dedicó fuertemente a la producción en este campo. Entre los nuevos discos producidos en este formato hay compilado de canciones clásicas de Nicky Jam, otro de composiciones del Binomio De Oro, un álbum de Grupo Niche y el segundo álbum de la banda de rock Kraken.

También en 2021, las principales discográficas de música movieron 131.371 millones de pesos en el país. La mayor parte de estos ingresos vinieron de entornos digitales. Actualmente, Discos Fuentes factura al año entre 5.000 y 10.000 millones de pesos y Codiscos puede llegar a generar 28.000 millones.

En los últimos años, Discos Fuentes ha estado representada por Tony Peñarredonda, quien lleva más de 30 años en la compañía, mientras que Codiscos es dirigida por Andrés Ovalle.

Las dos empresas familiares siguen en una cordial competencia por quien manda la parada cuando se trata de promocionar talentos colombianos y siendo las dos únicas disqueras nacionales que pueden facturar cifras exorbitantes.

No es poca cosa que sigan vigentes en una época en que son muy pocos los sellos del mundo que pueden competir con Sony, Warner o Universal.  

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