“En tiempos difíciles los hombres y mujeres valientes que ponen el pecho a la brisa en silencio suelen ser olvidados por el grito de los que sin necesitarlo ocupan la atención de todo público”.
Quiero escribir en esta ocasión al empresariado nariñense que como su tierra y su gente es y será resiliente por naturaleza; si ya emprender es una tarea difícil, hacerlo en el departamento de Nariño es una tarea titánica. Todos conocemos los últimos acontecimientos. Para ser específico, hemos sobrevivido una pandemia, el cierre por más de un año de la frontera ecuatoriana, el estallido social con huelgas y paros, y ahora la interrupción abrupta de la carretera panamericana que nos desconectó del centro del país. La pregunta es: ¿estaban preparadas las empresas y los emprendedores nariñenses para estas situaciones? Desconozco la respuesta, pero sirva este escrito para reconocer la ardua labor de emprendedores y empresarios.
Los empresarios son seres valientes y arriesgados que enfrentan día a día un sinfín de retos para hacer realidad su sueño de tener una empresa. Son ellos los que llevan la carga de la responsabilidad y la incertidumbre, y a menudo sufren en silencio mientras luchan por mantener su negocio a flote. En tiempos de crisis económicas, los empresarios son los primeros en sentir los efectos de la recesión. Deben lidiar con la disminución de la demanda de sus productos o servicios, la falta de financiamiento, la competencia feroz y la soledad en la búsqueda de soluciones. A menudo, se ven obligados a tomar difíciles decisiones, como recortar costos o despedir a trabajadores. Además, los empresarios también enfrentan desafíos laborales, como la falta de mano de obra calificada o la retención de empleados.
Pese a las circunstancias, deben ser líderes eficaces y motivadores, mientras mantienen una cultura de trabajo positiva y una relación armoniosa con sus empleados. Los retos no terminan allí. Muchos empresarios también enfrentan crisis familiares, como la falta de tiempo para pasar con sus seres queridos debido a la dedicación excesiva a su negocio. A menudo, sufren de soledad y estrés, que afectan su salud mental y emocional, ocasionando diferentes problemas que lo llevan a tomar decisiones equivocadas, poniendo en riesgo su estabilidad económica, social y familiar
Sin embargo, a pesar de todos estos desafíos, los empresarios deben salir adelante solos. Deben encontrar la fuerza interior para continuar. Es un camino solitario; en su mayoría difícil, pero los emprendedores son valientes y están dispuestos a asumir el riesgo, son ellos los que impulsan el crecimiento económico, la creación de empleos, y pese a todos los obstáculos, continúan luchando por sus sueños. De manera imperceptible en Nariño, son los responsables del 65% del empleo y los actores principales en el desarrollo económico de la región.
Es hora de reconocer el sufrimiento silencioso de los empresarios y apoyarlos en su camino; hoy son necesarias diferentes acciones de apoyo hacia estos personajes. Comprar en sus establecimientos, ser amables y buenos clientes, ser empáticos, apoyarlos en sus estrategias de marketing en redes sociales, entre otras; y, acciones colectivas como despolitizar las entidades económicas regionales, en donde Cámaras de Comercio, Secretarias de Desarrollo Económico y otras entidades del orden nacional y regional desarrollen su trabajo a cabalidad en pro del emprendimiento y el mantenimiento del tejido empresarial; ojalá, los apoyos gubernamentales (que aún no se mencionan) lleguen a donde en verdad se necesitan y no solo a los bolsillos de los políticos de turno.
Qué interesante sería establecer puentes de comunicación con aquellos que sufren en silencio la repercusión de una crisis que ya deja más de un billón de pesos en pérdidas. Salvar los negocios y emprendimientos hoy debe ser tarea de todos; existe una deuda social con el sector emprendedor y empresarial, son ellos los que de manera silenciosa resisten los reveces de la vida. Son ellos los verdaderos héroes de la economía, y su lucha merece ser admirada, aplaudida y apoyada.
