La administración de Peñalosa está tratando de sacar adelante un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial para la capital, documento clave que definirá el futuro de Bogotá durante, al menos, los próximos 12 años en materia de usos del suelo y prioridad en equipamientos asociados con salud, educación, servicios públicos, transporte, etc.
Uno de los argumentos que ha venido utilizando la administración para justificar la necesidad de continuar la expansión de la mancha urbana con más de cinco millones de viviendas nuevas para el 2050 es la proyección de población que hace.
Este fue justamente el tema que trató el Consejo Territorial de Planeación Distrital (CTPD) el pasado 4 de octubre en su primer foro/taller denominado ¿Hacia dónde y cómo estamos creciendo?, donde intervinieron reconocidos académicos y expertos como Carlos Roberto Pombo Urdaneta, presidente de la Sociedad de Ornato y Mejoras de Bogotá y el profesor Carlos Alberto Torres, entre otros.
Fueron estos especialistas los que pusieron el “dedo en la llaga” al demostrar con cifras en mano que las proyecciones de población son altamente exageradas, llevando a preguntar cuál es el real interés que subyace a los proyectos de vivienda de Lagos de Torca, Ciudad Norte, Ciudad Río y la correspondiente expansión de TransMilenio que implica.
La preocupación en materia de vivienda, tal y como lo expresa la presidenta del CTPD Rosalba Castiblanco, debe versar no solo sobre la expansión, sino sobre la redensificiación y aprovechamiento de zonas ya urbanizadas de Bogotá, evitando su deterioro y garantizando el respeto de sus habitantes. Así pues, la discusión se debe centrar en la calidad de las viviendas que existen en la capital, lo que implica volcar la atención sobre acueducto, alcantarillado, infraestructura vial, espacio público, entre otros, y los requerimientos que son necesarios en esta materia para garantizar una vida digna para la totalidad de los habitantes de Bogotá.
Que sea el CTPD, que es la máxima instancia de Planeación Participativa de Bogotá, el que esté promoviendo y planteando estas discusiones de una manera amplia y democrática da cuenta de un interés cierto y creciente de la sociedad bogotana por la planeación y la definición del futuro de nuestros territorios.
Solo una ciudadanía activa, organizada e involucrada en los procesos participativos podrá garantizar que sus intereses se vean representados y que sus derechos no sean vulnerados. El próximo tema a tratar por el CTPD será la ciudad y el ambiente, donde seguro encontraremos fuertes análisis que controvertirán las posiciones que en materia ambiental ha expresado la administración de Enrique Peñalosa y que tiene a los ambientalistas, en particular, y a los bogotanos, en general, en estado de alerta.