Los campesinos de Urapá, La Guajira, tienen un problema mayúsculo con la apertura de las compuertas de la represa El Cercado. Esto ha generado inundaciones que han destruido los cultivos de tomate, plátano, guineo, entre otros productos.
La represa es el gran mamut blanco que afecta a toda La Guajira: en el norte los wayú y otras comunidades indígenas mueren de se; en el sur, los campesinos que habitan cerca de la represa a unos 30 km en los municipios de Distracción y San Juan del Cesar claman ayudas al Estado por las inundaciones a causa de las incesantes lluvias que no cesan.
Es importante tener en cuenta que la represa El Cercado, cuya primera fase fue presentada el 27 de noviembre de 2010, durante el segundo mandato de Uribe Vélez, a raíz de la época de lluvias su capacidad se vio afectada y para nivelarla se abrieron parcialmente las compuertas.
Hace dos años, la Contraloría General de la Nación realizó una auditoria de cumplimiento, alertando sobre el riesgo de la no terminación del proyecto, para el que se requieren 718.000 millones de pesos, para culminar las fases II y III. Hasta el momento no se han tomado las medidas necesarias que fueron contempladas en el informe y hoy las comunidades sufren las consecuencias.
Y como una pata más que le sale al gato, los campesinos de la zona deben lidiar con los desechos contaminantes del El Cerrejón, los cuales han sido arrastrados por las aguas del mismo río Ranchería, que en 2011 la multinacional desvió para poder adelantar la explotación de carbón existente debajo de él.
Pero no hay que dejar el pastel sin cereza, es por esto que el agua que debería ser distribuida por todo el departamento está siendo utilizada por esta empresa para humedecer las carreteras destapadas por donde ellos transitan cotidianamente.
Habitantes de la región enfatizan que el Estado debe cumplir con sus obligaciones y privilegiar los derechos de los habitantes y no los intereses de las multinacionales. Además, debe construir un acueducto que alimente a todo el departamento de La Guajira, un sistema de riego para garantizar la productividad del sector agropecuario y la generación de energía. Las comunidades afectadas están dispuestas a continuar manifestándose contra esta grave situación.