El próximo sábado tendremos frente a nuestras pantallas uno de los espectáculos más esperados del año, por qué no de los últimos tiempos: el Tour de Francia. Y, como nunca antes, la expectativa exacerba los deseos de ánimo y la sed de victoria de los seguidores del pedalismo. Particularmente en Colombia, se ha vuelto costumbre hablar de candidatos a ganar o hacer pódium en la gran boucle, se ponen las esperanzas en los nacionales con miras a vencer de nuevo, luego de que en 2019 el himno nacional sonara en los campos elíseos.
Se cuentan los días para el banderazo inicial en Niza, se analizan cada uno de los aspectos de los rivales a vencer y se ajustan las agendas al calendario. Seguramente las apuestas empiezan a marcar tendencias. Como nunca antes el ciclismo ha tenido tanta atención y acogida; los clásicos y fieles seguidores jamás imaginaron que los noticieros en tope de rating abrieran sus noticias deportivas con los nombres, el día a día y los resultados de los escarabajos colombianos, dejando atrás, y a expensas de la pandemia los habituales notas de futbol o de beisbolistas.
Una verdadera fiebre amarilla se percibe en cada entorno o conversación, además de la inmensa afición que ahora toma jornadas de madrugada para rodar y que han agotado las existencias de bicicletas en cada almacén alrededor del país. Y es que es comprensible, toda vez que, contrario a lo que sucede en el futbol u otras modalidades deportivas, las posibilidades de victorias parciales y en la clasificación general están vivas, aspecto que motiva a la teleaudiencia que estará frente a las pantallas sin falta.
Además, el canal exclusivo de deportes en nuestro territorio por primera vez ha generado un espacio diario para hablar y reflexionar del tema, aspecto que ratifica un conocimiento más generalizado, no solo de nuestros héroes criollos sino de sus rivales, y en tal medida no es extraño que se hable de Roglic o de Froome de los favoritos al sprint en la media montaña y los capos de cada escuadra. Las campañas de expectativa del más grande evento ciclístico del mundo invaden las pantallas de televisores y teléfonos, permean las redes sociales y nos ponen a punto para que el espectáculo comience.
Mientras en Colombia aun no comienza el fútbol profesional, el deporte sobre dos ruedas ha ganado un espacio increíble, claro, ha dependido exclusivamente de los resultados, pero aun siendo este el génesis, solo esperamos que se mantenga por mucho tiempo. El ciclismo confirma que es el deporte más popular del país. Hagan sus apuestas, arranca el tour y esperemos que el himno suene en lo más alto del pódium en París.