Los matices religiosos en contra del proceso de paz que lideró el presidente Juan Manuel Santos y su gobierno con la guerrilla más antigua del mundo, las Farc estuvieron caracterizados por un color totalmente desconocido en otros procesos de paz que ha vivido Colombia y también el mundo.
En otros procesos de paz a nivel mundial, el papel de las organizaciones religiosas ha sido un papel fundamental en la gran mayoría de los discursos de las religiones más representativas del mundo, esto debido a interpretaciones más progresistas de sus textos sagrados.
Nos referimos al papel de ser instrumentos o entes que generen discursos que contribuyan a la paz y reconciliación, en el caso del cristianismo, es lo que se supondría que pase, puesto que la Biblia se presenta así misma llena de historias reconciliadoras entre la deidad y el ser humano, el ser humano con sus pares, el ser humano y la naturaleza.
Contrario a esto, el proceso de paz generó todo tipo de polarizaciones y los religiosos de corrientes conservadoras y fundamentalistas aportaron a la polarización del país. ¿A qué podía deberse? La mayoría de estas corrientes conservadoras y fundamentalistas en Colombia han tenido una cercanía a movimientos políticos de la derecha y extrema derecha de Colombia. En la última década, el hoy senador y líder del Centro Democrático, partido de derecha y de oposición al Gobierno colombiano, lideró una campaña por el NO en el plebiscito que buscaba de manera democrática darle al pueblo la posibilidad de que el país pudiera refrendar los acuerdos alcanzados en las mesas de negociación en La Habana.
La relación del expresidente Uribe y estas iglesias cristianas fundamentalistas es íntima. Una de las iglesias cristianas más grandes del mundo está en Bogotá, es la llamada Misión Carismática Internacional, cuyo líder religioso (pastor) y su esposa han tenido un reciente “divorcio” con Álvaro Uribe, según algunas fuentes de información, esto se debe a que el pastor Cesar Castellano (representante a la Cámara por Bogotá en 1998) quería incluir en las listas del congreso del Centro Democrático una lista ambiciosa de aspirantes al congreso, en otras palabras, quería cobrar el apoyo que brindó para que el plebiscito no alcanzara el umbral necesario para establecer el acuerdo de paz. Pero la relación de este “concordato” ha sido estrecha, puesto que la esposa del pastor Castellanos fue embajadora en Brasil en el gobierno del senador Uribe Vélez.
La pareja de pastores se ha caracterizado por movilizar a su feligresía a participar en diferentes contiendas electorales, donde la protagonista y beneficiaria de los réditos electorales ha sido la pastora y abogada Claudia Rodríguez de Castellanos, quien tiene una amplia trayectoria en la política de aproximadamente 28 años, cuando fundó el hoy desaparecido Partido Nacional Cristiano, mismo que también puso al padre de la pastora en una curul en el concejo de la capital colombiana, su carrera política pasa por la aspiración de ser presidenta, alcaldesa de Bogotá, representante a la cámara, asambleísta constituyente, senadora, embajadora de Colombia en Brasil en uno de los gobiernos de Uribe. Hoy por hoy representan un amplio sector del voto evangélico colombiano, puesto que, desde sus pulpitos, al mejor estilo de épocas inquisidoras, ellos usando la escritura condenan a quienes no les siguen en sus fines políticos, políticamente tienen su fortín electoral en el centro del país.
Los fortines electorales evangélicos se van construyendo en las regiones, eso los políticos lo tienen bien claro, bien saben que allí es donde se debe trabajar, la campaña por el no en la región caribe estuvo dirigida desde el departamento de Bolívar por el pastor Miguel Arrazola, protagonista en algunas noticias por el generoso salario que gana él y gran parte de su familia. Coincidentemente, Uribe participó de un evento organizado por la Iglesia Ríos de Vida que preside el mencionado pastor de la ciudad de Cartagena, el evento que contó con la asistencia de miles de cartageneros adeptos a las enseñanzas de este pastor no fue precisamente una campaña de milagros o de proselitismo religioso a las que acostumbra en pueblos de Bolívar Arrázola, esta vez fue para decir que Cartagena votaría en contra del plebiscito por la paz propuesto por el gobierno.
Recordamos a nuestros amables lectores, que el señor Oswaldo Ortiz, youtubers evangélico conocido en redes sociales como super O.O participa de las reuniones evangélicas de la iglesia del pastor Arrazola en Cartagena, youtubers que afirmó en redes sociales que su dios le dijo que debía ser candidato al congreso por las listas del Centro Democrático para continuar defendiendo la niñez de las lesbianas que han pasado por el ministerio de educación y el lobby gay que hay en el congreso en contra de la niñez colombiana.
En el Valle del Cauca, la misión por el no, estuvo a cargo de Jhon Milton Rodríguez, uno de los pastores más representativos de la sucursal del cielo, quien preside la iglesia cristiana que curiosamente se llama Misión Paz a las Naciones. Este pastor está activamente involucrado en la creación de un nuevo partido cristiano, el cual han llamado Colombia Justa, partido que aparece luego de algunas divisiones entre otros pastores representativos del país, pues se sabía que harían parte de un partido político llamado “Libres” y entre otras cosas este partido único busca crear un centro de pensamiento que ofrece formación a los directivos, y postulantes a cargos de elección popular; además de ello, desarrolla las bases ideológicas del partido.
A un año y un poco más de la firma de los acuerdos, y cuando ya la Justicia Especial para la Paz encontró cause en el senado, los políticos evangélicos ya van reacomodándose para las próximas justas electorales donde buscarán representatividad y protagonismo, los evangélicos somos, según algunas estadísticas propias, el 17% de la población colombiana y en el censo electoral representan según el pastor Jorge Trujillo 3 millones de votos.
¿La religión se politizó? ¿la política se evangelizó? Ninguna de las anteriores, los religiosos sabemos que necesitamos de la política para alcanzar fines, y los políticos saben que necesitan de la religión para alcanzar sus objetivos, desde que el cristianismo se convirtió en una religión hegemónica y dominante en la época de Constantino ha sido así y esa realidad está lejos de cambiar, entonces preguntamos ¿qué nos sorprende?
Pero… lejos debe estar anteponer el bien común que supone toda praxis religiosa a los fines egoístas y las conquistas personales, que fue lo que algunos pastores de manera amañada hicieron con el plebiscito, su ego y sus relaciones personales de anteaño con líderes políticos que no representan en nada la moral cristiana y el legado de Jesús consagrado en los Santos Evangelios les hicieron desconocer a ellos que Jesús es el príncipe de paz como dicen las escrituras en Isaías 9:6, que Dios bendice y llama hijos a los que buscan la paz y eso está en el Santo Evangelio según San Mateo 5:9, que el Evangelio es un Evangelio de Paz, que el Espíritu viene a traer paz.
Con certeza estos textos bíblicos son obviados de las liturgias y los devocionales de sectores evangélicos conservadores y fundamentalistas aliados al poder político colombiano. Nada más alejado de la lucha periférica de Jesús para que la convivencia comunitaria de sus hermanos fuera una convivencia pacífica y armoniosa donde la diversidad tiene un espacio para el fortalecimiento de lazos fraternos. Si como cristianos estamos dispuestos a tomarnos el poder, que sea para construir una sociedad fraterna, inclusiva donde los principios del Reino de Dios sean para unir y no para fragmentar o polarizar la sociedad.