Parece ser que una de las estrategias que se ha utilizado para la contención de las pandemias en la historia de la humanidad ha sido la denominada “inmunización del rebaño”.
Desde que el capitalismo adoptó la estrategia de la globalización y la del neoliberalismo como medios para dominar el planeta, las pandemias han sido una oportunidad más del mercado para enriquecer con creces a las multinacionales farmacéuticas, según afirman algunos entendidos.
Ahora bien, para “inmunizar el rebaño”, la sociedad capitalista contemporánea usa básicamente dos maneras: generar la vacuna o producir un medicamento curativo. Estos dos procedimientos se hacen utilizando el método científico-técnico-matemático-positivista, endiosado por la modernidad como la única manera de producir saber científico.
La praxis en la vida cotidiana ha demostrado que existen otros métodos, otras racionalidades, otras lógicas igualmente rigurosas. Ahí se encuetra el conocido “método científico” de racionalidad instrumental, que produce otros saberes que la humanidad ha utilizado para resolver sus problemas.
Me refiero a saberes utilizados por las grandes civilizaciones precolombinas pasadas y presentes, que en el campo de la salud han funcionado y siguen funcionando. Ni qué hablar de las diversas ramas de la medicina alternativa que hoy testimonian por doquier cómo es de simple mantenerse sano.
En el caso que nos ocupa (cómo “inmunizar el rebaño”), una propuesta de la medicina alternativa, sencilla y simple es mantener nuestro organismo con un alto nivel de alcalinidad mediante “una dieta plana”. Pero los “sabios” que están al servicio del sistema menosprecian estos saberes, simplemente porque con esto se les daña el negocio a las grandes multinacionales farmacéuticas.
Dejo abierto el debate desde la perspectiva del diálogo de saberes porque creo que la ciencia de racionalidad positivista e instrumental no es la única que puede “colonizar el mundo de la vida”. Hay que tener en cuenta otras racionalidades.