Al recordar que un jueves 27 de junio de 1929 se hizo la primera prueba de la televisión a color en la ciudad de Nueva York, me llegó a la memoria cómo este invento se propagó en El Bagre, Antioquia, por allá por los años de Upa, cuando era común instalar una antena para cada usuario, un elemento que hacía parte de los enseres domésticos que todos izaban hasta el cielo para lo cual se usaba una guadua o un tubo de hierro con la suficiente longitud como para atraer la esquiva señal y por esos años era raro no observar en los techos de las casas aquellos objetos de aluminio, traídos por encargo por el Viejo Rendón y su almacén de fantasía y desorden en la calle de los Kioscos, llamados espinas de pescado, cuya instalación era toda una fiesta para la cual se necesitaba la paciencia de Job y los gritos provenientes desde dentro de la casa cuando la imagen llegaba tranquila a los televisores de la época (unos armatostes embutidos en muebles de madera, cuyo encendido y apagado podía durar lo que hoy dura una pandemia). Eran otros tiempos, eran otras épocas, tal vez, pero no dejan de ser nostálgicos esos recuerdos.
Hablemos más bien de los años en que se democratizó la señal de la televisión en Colombia y entonces pulularon las antenas que tenían la capacidad de captar una multitud de canales, razón por la cual la cadena uno y la dos pasaron a ser historia patria, lo mismo que el blanco y negro de los programas que inauguró aquel domingo 13 de junio de 1954, el general Gustavo Rojas Pinilla, más conocido como Gurropín. Cuando aquella perubólica, como fue llamado el invento por algún gracioso, llegó a El Bagre, fue necesario jubilar a las caseras que tanto bien nos hicieron, para entrar a la modernidad del cable.
Fue entonces cuando unos trabajadores de la empresa Mineros S.A. decidieron conformar la Asociación Comunitaria Antena Parabólica Bajo Tigüí, con personería jurídica reconocida por la Gobernación de Antioquia mediante Resolución 7383 del miércoles 20 de septiembre del año 2000 y registrada en la Cámara de Comercio del Magdalena Medio el martes 18 de junio del 2002, cuya renovación se hizo el viernes 29 de marzo del 2019, hasta el 17 de junio del año 2052.
Decir el cuento, parece fácil, porque desde aquellos primeros años a los días de hoy pasaron una serie de episodios que pusieron en jaque la actividad de la empresa, cuya nueva junta directiva fue elegida en su asamblea ordinaria del sábado 30 de marzo del 2019, gracias a la persistencia y al empeño que puso uno de los socios, el señor Carlos Alberto Pedraza Barrera, quien se convirtió en una especie de cernícalo o de cirirí a la administración del señor Andrés Robles Franco, quien dirigió la entidad por un espacio de 14 años, gracias a que los primeros resultados le facilitaron ganarse la confianza de buena parte de sus compañeros en el sindicato de la misma empresa, que a la larga son los propietarios de este servicio, que para los efectos locales se conoce como la “antena de Mineros".
Todo habrá que decirlo, pero este proceso facilitó que muchos hogares pudieran contar con el servicio de la televisión de una manera más económica, ya que uno de los objetivos trazados por sus fundadores fue el de convertirse en una suerte de ente regulador de la tarifa ofrecida por la otra empresa, conocida como MGN, la primera que llegó a El Bagre para solucionar el tema, pero que de un día para otro se convirtió en algo así como una empresa privada y que tiene hoy buena parte de la torta de los usuarios, por su calidad y las ventajas que le dieron aquellos nefastos años, como fueron calificados en la asamblea que renovó sus directivas.
Y fueron aquellos años que la tuvieron al borde del colapso económico los que precipitaron la salida de los directivos cuyo empalme no fructificó debido a que la empresa no presentaba sus balances desde la vigencia del 2017 y su información contable iba manga por hombro, razón por la cual, como era evidente, no se sabía a ciencia cierta la situación económica, financiera y jurídica en que estaba la empresa. Mejor dicho, al levantar las enjalmas se vieron los moretones.
Ejemplos de aquel desbarajuste, hay muchos. Por ejemplo, la entidad no ejercía su actividad dentro de las normas de administración que son aceptadas para estos casos, como las de planeación, organización, dirección, coordinación y control y como si faltara poco la administración de los recursos no se hacían con un presupuesto de ingresos y gastos y los dineros de los usuarios no eran depositados en una cuenta bancaria y esta razón hacía difícil el pago a los proveedores de los canales que no tenía otra medida que suspender el servicio y restarle esa alternativa al televidente, además de los continuos daños en la conexión física domiciliaria, que se convirtió en el tema diario.
A la nueva junta le llamó la atención una serie de irregularidades como las siguientes: el día martes 19 de diciembre del 2017, el municipio de El Bagre le canceló la prestación de unos servicios de transmisión por un valor de $8'280.000,oo, dineros consignados en su cuenta de Bancolombia y, tres días después, el viernes 22, fueron retirados con el cheque # 414451, un total de $8'550.000,oo para dejar como saldo en esa cuenta $19.188,93. Tres meses después, el sábado 10 de marzo del 2018, el municipio de El Bagre les consignó la suma de $7'431.103,68, y pásmese, fueron retirados con el cheque # 414452, $7'420.000,oo. El viernes 27 de julio del 2018, el alma caritativa del municipio de El Bagre consignó la suma de $10´168.895,oo, de los cuales fueron retirados el lunes 30 un total de $10'120.000,oo amparados en el cheque # 414453.
Un informe oficial señala que estos dineros fueron retirados en las fechas y con los números de cheques relacionados, pero no fueron debidamente asentados en los registros de la tesorería de la empresa, como tampoco existen evidencias de que hayan sido utilizados para los gastos operacionales de la antena y hasta el momento en que se escribe esta nota, se desconoce el nombre de la persona que fue al banco, cheque en mano, a cobrar estos dineros, gracias a que no se diligenció en debida forma la colilla de la chequera y tampoco se dejaron comprobantes del egreso que afectaba la dichosa cuenta. Y faltan datos de otros efectos, pero bien lo dice un conocedor del tema, el dinero nunca desaparece, es como la materia, se transforma.
Otra más, la historia cuenta que gracias a la generosidad de la empresa Mineros S.A., en cabeza de su filial Mineros Aluvial y gestionado por el ingeniero Rafael Roldán Jiménez, la entidad logró un crédito por la suma de $468'893.037,oo, con el fin de adelantar la construcción de la nueva sede administrativa, cuyos resultados están en veremos, y primero se conocerá la vacuna para el bicho que el hoyo negro que nubla este pedazo, pero que la pasada administración dice haber abonado la suma de $8'984.370,oo y que también hace parte del limbo abstracto por conocer porque ese dinero no llegó a su destino final.
Así que llegaron por decisión de los socios los nuevos dignatarios, y eligieron como presidente al señor Jairo Delfín Rodríguez Leyton, acompañado por Benjamín Otero Hernández en la vicepresidencia; Aracelia María Castro Beltrán como tesorera; Danira Stella Pulido Ruiz en calidad de secretaria y los señores Ciris Laureano Contreras Romero, Rodolfo Emiliano Guzmán Bustos y Marco Fidel Rodríguez Arbona, como vocales.
El reto que esta nueva junta se puso desde la fecha de posesión ha sido el de mejorar el servicio, como primera medida, y además de recuperar la credibilidad ante sus asociados que vieron cómo el otro competidor se tragaba lo mejor del pastel, mientras que ellos apenas podían observar la repetición incesante de un programa de corralejas que desde las dos de la tarde traía todo lo que ocurría en las plazas de la costa Caribe y que, para bien de sus programadores, alcanzaba un rating que ya se lo quisiera el presidente Iván Duque Márquez para su espacio vespertino de las seis de la tarde, catalogado por los expertos como un programa de diversión. ¡Las cosas que hay que ver!
Hace poco, mejor dicho, el pasado lunes 8 de junio del presente año, el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones le expidió el Certificado de Registro Único que habilitan a la entidad para la provisión de redes y la prestación de servicios como el internet subsidiado, que es otra de las metas que tiene, a corto plazo, la nueva camada de directivos, con el señor Jairo Delfín Rodríguez Leyton a la cabeza, quien es consciente de la gran responsabilidad que tiene en sus manos, porque para nadie es desconocido el aprecio y la identidad que ha logrado el canal con los habitantes de El Bagre, que desde el 2014 se convirtió en “pirata” con el arrastre de una deuda de unos $80'000.000,oo por un contrato no ejecutado para modernizar sus equipos. Ahora se podrá avanzar en los planes de contar con una red de fibra óptica y otra serie de mejoras que en breve podrán observar sus pacientes usuarios; además de una reestructuración en su planta de empleados para que reciban sus pagos justos y a tiempo y dejar de lado el pago de la nómina a través de los préstamos “gota a gota” que tenía en líos los escasos ingresos. Además, el usuario podrá acercarse a la Cooperativa Multiactiva El Bagre, para hacer sus pagos junto con los demás servicios que presta la entidad solidaria.
En esas estaba en la mañana de este pandémico sábado, cuando escuché la entrevista a la consagrada actriz Yudi Henríquez, la barranquillera Judith Emilia Henríquez Lux, quien llegó a construir su propio nicho mediático gracias a su participación en la telenovela Destino: la ciudad, emitida por allá por el año 1967 del siglo pasado y cuyas lágrimas de emoción dejó correr cuando escuchó el tema musical compuesto para la serie por el cantautor caleño Harold Orozco Rengifo, quien falleció en Medellín el lunes festivo, Día del Trabajo, el primero de mayo de 2017.
No hay de otra, y menos en esta crisis, que ver un buen programa de televisión y hacer la fuerza suficiente para que la Asociación Comunitaria Antena Parabólica Bajo Tigüí pueda, por fin y para siempre, reinventarse, que es la palabra más fea pero la que está de moda.
Fin de la emisión.