Jorge Armando Otalora conoció a Astrid Cristancho como su alumna en la facultad de derecho en la Universidad Externado. Mientras se graduaba de abogada, la bella Astrid se ganó la nominación del departamento de Cundinamarca al Reinado Nacional de Belleza en el 2005 donde tuvo una participación destacada. Años después, en 2013, se volvieron a encontrar. Otálora la llevó a trabajar a su despacho privado en la Defensoría y desde entonces comenzó una difícil relación que trascendió del plano laboral al personal y al parecer derivó en conductas de acoso sexual y maltrato. Las evidencias y una parte de la historia la presentó Daniel Coronell en su columna en Semana.
Pero, quienes lo conocen, dicen que perdió la cabeza por Astrid Cristancho. La llevaba permanentemente a sus reuniones sociales y contaba con su compañía en los viajes que como funcionario hacía por Europa. Según él, sostenían una relación sentimental, según ella, Otálora es un enfermo que la perseguía y acosaba sexualmente sin ninguna señal de consentimiento de su parte. Aunque el defensor alega que han mantenido una relación desde hace tiempo y que incluso han considerado tener un hijo, ella dice que llegará a las últimas consecuencias para demostrar que fue acosada sexualmente por un defensor pendiendo en la cuerda floja por cuenta de una de sus mayores debilidades: la belleza de una mujer.