En un recorrido por las zonas agroindustriales de Colombia, la candidata a la gobernación de Atlántico Elsa Noguera ha descubierto “joyas de la corona” para llevar a las tierras del departamento. La más llamativa, el origen del jabón real británico. El secreto bien guardado por la empresa Daabon, de la familia Dávila Abondano, fue revelado por el propio gerente de la empresa Alfonso Dávila, quien maneja la compañía en la zona franca de Mamatoco en Santa Marta.
Este jabón se elabora con aceite proveniente de las zonas palmeras del caribe colombiano, donde la calidad de las siembras le ha generado a los Dávila Abondano, propietarios de la empresa, varios reconocimientos internacionales y les ha abierto las puertas a sus exportaciones en el mundo entero. "Es el jabón que reposa en el tocador de la reina”, dijo Alfonso Dávila, mientras mostraba la caja de fino cartón con inscripciones en letras doradas que revelaba el destino del jabón, The Buckingham Palace, acompañado del escudo de la casa real británica.
Además del jabón de la Reina Isabel, Daabon Organics exporta grasa para la industria del chocolate y de alta repostería a empresas de extraordinario reconocimiento en el mundo entero. Daabon tiene además la planta de biocombustible derivado del aceite de palma más grande de América latina y una de las más tecnificadas del mundo.
La visita al complejo industrial de Daabon en la zona franca del Magdalena forma parte del plan que se ha propuesto la candidata de conocer iniciativas productivas que se puedan adaptar a la realidad del departamento del Atlántico. Estuvo ya visitando proyectos agroindustriales en el Valle del Cauca, los cultivos de tilapia del Huila, los proyectos de cacao de Caldas.
La propuesta mayor Elsa Noguera está dirigida a incentivar la producción agrícola en abandonadas zonas del sur del Atlántico y transformarlas en una gran iniciativa que la futura gobernadora ha llamado el renacer de la producción en el campo del departamento. Noguera con el cúmulo de experiencias aprendidas quiere sembrar desarrollo en el sur del Atlántico, reactivando el distrito de riego de Repelón y devolviendo la vocación agrícola a los campesinos bajo la máxima de “Agricultura se escribe con a de agua”.