El Diario del Huila que en abril de 2016 cumplió 50 años de circular en el departamento se ha mezclado tradición, poder, dinero y periodismo. El periodismo, según los nueve periodistas que la última semana de abril renunciaron es lo que ha empezado a faltar desde hace algunos años cuando tomó las riendas del periódico María Pía Duque, recordada por su paso por el reinado de Cartagena y su hermano el empresario Maximiliano Duque quien lleva el nombre de su abuelo, el fundador del periódico. Su tía Olga Duque, quien se casó con el también conservador Fernando Ospina –hijo del expresidente Mariano Ospina- fue quien más lejos llegó en su proyección en la capital logrando convertirse en una de las más reconocidas anfitrionas políticas y sociales de Bogotá, con sus famosas “frijoladas” donde reunía la dirigencia de todos los partidos. Olga Duque de Ospina llegó incluso a ser ministra de Educación como cuota conservadora en el gobierno de Ernesto Samper Pizano.
Durante 50 años los Duque han tenido peso político en el Huila y no han disimulado sus convicciones en la línea editorial del periódico, vía las columnas de opinión e incluso la información en un departamento acorralado por la guerrilla de las Farc. Tradicionalmente los periodistas han logrado acomodarse a las presiones hasta que éstas, a través de la nueva dirección se volvieron intolerables y unidas a los incumplimientos en las obligaciones salariales, la sala de redacción decidió renunciar en bloque y nueve de ellos se hicieron a un lado.
Los propietarios del periódico, en el que todos los Duque son accionistas han frenado sistemáticamente la información que pueda tocar intereses de sectores políticos o empresariales de la región.
Hace un año el ambiente entre la dirección y la gerencia con la redacción empezó a tensionarse a raíz del cubrimiento informativo de un escándalo de corrupción en la Caja de Compensación Familiar del Huila que tiene detenido a su exdirector, Armando Ariza, quien cumplió sus primeros siete meses detenido en la cárcel de Rivera, Huila. Este fue vinculado por la Fiscalía como presunto responsable de un desfalco de $25 mil millones por cuenta de contratos celebrados con la clínica Mediláser, entidad que no estaba habilitada para prestar el servicio en los municipios de Garzón y La Plata, además de no contar con la infraestructura necesaria. A Ariza lo acusan de interés indebido en la celebración de contratos; peculado por apropiación en beneficio de terceros; enriquecimiento ilícito de particulares y falsedad ideológica en documento público.
Las primas Duque, la gerente Luisa María y la directora María Pía se hicieron sentir. La cercanía del exgerente de la Caja de Compensación con los directivos y propietarios determinaba que la noticia no se cubriera e irse por la línea del silencio. Algo que les resultaba ofensivo a los periodistas y a los lectores del periódico que como todo Neiva estaban pendiente de la información alrededor de Ariza. Pero el gerente tenía su propia protección: no solo era amigo personal de la familia Duque sino que era uno de los grandes anunciantes del periódico a través de la Caja de Compensación.
El mismo día en que Ariza fue capturado la directora María Pía reunió en su oficina a su planta de redacción y sin pudor dio una clara instrucción: el periódico no se iba a meter en este caso y de facto les quedaba prohibido publicar cualquier tipo de información alrededor del tema. Los periodistas comenzaron a ser objeto de burlas y críticas en la ciudad, señalándolos de encubridores de un personaje que tenía indignada a la ciudadanía. Los reporteros recurrieron a las redes sociales para dejar en claro su posición y desmarcarse de la línea directiva del periódico amarrada a los intereses de los dueños ajenos a propósitos periodísticos.
No fue éste el único incidente entre la redacción y la dirección del periódico En plena campaña a la gobernación del Huila, una caricatura que se burlaba del entonces candidato y luego electo gobernador Calor Julio González, hermano de la exalcaldesa Cielo González, enervó a los dueños. Su cercanía con, Maximiliano y María Pía Duque, es grande y se ha notado en el trato que ha recibido en las páginas del periódico que en buena medida subsiste de la pauta oficial de la gobernación del departamento. El caricaturista terminó fuertemente reprimida, un precedente que fue de muy mal recibo entre los redactores.
La gota que rebosó la copa fue el incumplimiento económico con los salarios de los empleados del Diario del Huila, que desde hace dos meses no les pagan, en contraste con el derroche en eventos y vallas publicitarias. Muchos de los periodistas que decidieron renunciar a sabiendas de las escasas oportunidades laborales en la región, llevaban entre cinco y diez años trabajando en un medio respetado y reconocido cuando estuvo en manos de la generación anterior pero que fue perdiendo el rumbo financiero y periodístico hasta que se le reventó en las manos de la María Pía Duque, la soberna de la belleza de su departamento de 1982 que pareciera tener que irse preparando para dejar de reinar.