Hablar de reforma es pensar en grandes cambios en la vida de una persona, teniendo en cuenta su definición, la cual es la siguiente: "modificación de una cosa con el fin de mejorarla".
Muy diferente a la definición anterior, esta reforma tributaria que el gobierno nacional ha planteado no tiene el fin deseado, que es el mejoramiento de la calidad de vida de los colombianos, sino de los intereses políticos de quienes ejercen el poder.
Una reforma que en su texto tiene consagrado la imposición del IVA a productos básicos de la canasta familiar que hoy se encuentran excluidos y exentos, a productos digitales como celulares y computadores, a los servicios funerarios, servicios públicos de energía, gas, acueducto y alcantarillado para los estratos 4, 5 y 6, y a los servicios de internet del hogar para los estratos 3 no es un proyecto de sostenibilidad y solidaridad.
Ah, y como si fuera poco, pretende también congelar los salarios de los empleados públicos, ya esto es una canallada y un espaldarazo a la población colombiana.
Lo irónico del caso es que mientras la clase media va a padecer las secuelas de la mala administración de este gobierno, los grandes grupos económicos (en los que se encuentran banqueros, empresarios y demás inversionistas que están respaldando a esta administración) han recibido durante la pandemia generada por el COVID-19 millonarios incentivos con alivios tributarios por parte del gobierno nacional.
Y mientras el gobierno invierte en ayudar a sus patrocinadores políticos, la clase media sufre o tiene que arreglárselas como puede para solventar sus gastos del día a día. El hambre, que es lo que más preocupa a estas familias, se coloca a prueba sobre los decretos que se expiden en cada uno de los municipios donde viven.
Si bien es cierto el gobierno nacional ha entregado ayudas a través de los programas sociales como Ingreso Solidario, Familias y Jóvenes en Acción, Colombia Mayor y Devolución del IVA (según los datos del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social (DPS), para el año 2020 el número de personas favorecidas fue de 21,2 millones), estos han sido insuficientes. Solo se subsidian al 70.7% de la población que se encuentra en situación de pobreza o vulnerabilidad.
Entendiendo lo anterior, se vislumbra una reforma tributaria que pone en evidencia la manera de exprimir a la clase media y trabajadora de este país, con la única justificación válida de que ese dinero será utilizado en mejorar las condiciones económicas de las personas en situación de pobreza o vulnerabilidad, aun cuando eso no será así en la realidad.
Es inconcebible pensar que el gobierno tenga buenas intenciones con toda la población colombiana, cuando su ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, sorprendentemente haya expresado que una docena de huevos vale $1800.
Se debe recordar también que el mismo se ha beneficiado con los Bonos del Agua, como popularmente se conocieron, y con los cuales dejó endeudados a 117 municipios por la cifra de $441.000 millones a un plazo 19 años; y sin que existiera la posibilidad de pagar los créditos en menor tiempo. Y no contento con esto, el Sr. Uribe Vélez manifestara en debate de control político en el año 2018 en el Senado de la Republica que Carrasquilla solo obtuvo una ganancia de $8.000 millones, haciendo referencia a que es una cifra ínfima de este proyecto del agua y que sol dejo endeudados a los municipios.
Una perlita adicional es escuchar también al ministro de Salud en un acto de inauguración de un puesto de salud en Buenaventura el día 11 de noviembre de 2020, en el cual manifestó lo siguiente: “Ya llevamos 36 departamentos del país visitados...”.
¡Válgame Dios! Desconocer la geografía colombiana diciendo que el país tiene 36 departamentos (hasta un estudiante de 5º primaria sabe que son 32 departamentos), y desconocer la realidad social y económica en el precio de uno de los alimentos más básicos de la canasta familiar como el huevo solo deja en evidencia que nuestro gobierno nacional tiene huevo si pretende que aceptemos su reforma “social y sostenible” cuando en realidad es una reforma insostenible que tiene huevo.
