En una carrera en la que participaron hasta 15 candidatos que aspiraban llegar a la Alcaldía de Sincelejo, el vencedor terminó siendo el que punteó en todas las encuestas desde el comienzo de la campaña, Yahir Acuña. El sincelejano que tuvo detrás a toda la maquinaria del Partido de la U logró más del 50 % de los votos y dejó bastante atrás a su más inmediato competidor, Diego Mercado Sanabria avalado por En Marcha, quien irá al Concejo Municipal. El exalcalde Jacobo Quessep, de la coalición entre el Nuevo Liberalismo y Cambio Radical, apenas superó el 1 %.
Empezó como líder estudiantil en las épocas del paramilitarismo en Córdoba, apoyado por el condenado gobernador Salvador Arana. La Universidad de Sucre siempre ha sido su fortín político y desde allí empezó su ascenso en la política local como Concejal, Diputado y finalmente llegó al Congreso como Representante a la Cámara, donde llegó a presidir la Comisión de Acusaciones. Con posiciones muy erráticas impulso la apertura de investigaciones contra políticos aforadas que finalmente nunca concluyeron, pero una de las críticas que se le hace es que utilizó ese poder como una manera de presión política para lograr resultados.
Las elecciones del 2014 fueron su momento de gloria electoral cuando barrió y logró 134 mil votos con los que logró su curul y un segundo renglón en la Cámara por la circunscripción ordinaria y le sumó votos a siete senadores. Como si fuera poco se quedó con las dos curules para las negritudes en los que entraron María del Socorro Bustamante y a Moisés Orozco Vicuña que se presentaron respaldados por la fundación Funeco manejada por él. Dejó el congreso con varias investigaciones disciplinarias y penales que no todas están cerradas.
Con esta fuerza política fue clave para la reelección de Juan Manuel Santos y por tanto pesó en la coalición de gobierno, sin embargo le cedió la curul a su esposa Milena Jaraba quien aspiró por el Partido de la U.
Con investigaciones pendiendo sobre él se recogió en Sincelejo buscando bajar el perfil y uno de los caminos que tomó fue regresar a la iglesia cristina en la que ha sido devoto. Le dejó el espacio público a su esposa Milene Jarava Díaz, quien actualmente es representante a la Cámara y cambio su estilo ostentoso de vida para reconectarse con las bases populares de las que viene, recorriendo barrios, conversando en los parques y repartiendo volantes.
Una campaña distinta a las del pasado sin grandes despliegues de publicidad, sino uno contacto más puerta a puerta y utilizando su habilidad oral en Instagram y Facebook con cuñas musicales pegajosas recordando nuevamente su pasado de pobreza y haciendo promesas después de la mala Alcaldía de Andrés Gómez, que terminó con su destitución. Una estrategia que le rindió sus frutos.