La última vez que apareció el nombre de Armando Benedetti Jimeno, padre del exsenador y exembajador Armando Benedetti Villaneda fue en febrero de 2011 cuando el entonces presidente Juan Manuel Santos le ofreció ser el representante del gobierno en la Junta Directiva de la Cámara de Comercio de Barranquilla.
Argumentó razones personales para no aceptar la designación. Se trataba de un reconocimiento sutil al entonces presidente del senado, Armando Benedetti hijo, y a su participación en la campaña política a la Presidencia de la República para el período 2010-2014 por el Partido de la U.
Exministro de Comunicaciones del gobierno de Ernesto Samper, para ese momento, Benedetti Jimeno ya estaba lejos de Bogotá, retirado en el Caribe, viviendo en Barranquilla junto a su esposa y exitosa empresaria Azucena Guauque, invitando a los amigos a las tradicionales tertulias en las que Armandito aprendió de política, contactos, relaciones y cómo moverse en los vericuetos del poder.
Como anfitrión en la famosa tertulia política en su apartamento, Armando Benedetti, distante para unos y polémico para otros, en una de esas ocasiones recibió al presidente Juan Manuel Santos; al entonces ministro de Trabajo, Rafael Pardo y la ministra de Transporte de la época, Cecilia Álvarez, quien durante varios años ha estado vinculada al caso de Odebrecht.
En ese momento como ahora, la preocupación de Benedetti Jimeno giraba en torno a la necesidad de limar asperezas con el clan de Los Char como se lo había pedido el presidente Santos que no quería divisiones entre sus copartidarios Alejandro Char y Armando Benedetti Villaneda porque le podía causar inconvenientes para su reelección.
Casi una década después y cuando menos lo esperaba, Benedetti Jimeno reaparece en medio del escándalo que se inició con un robo en la residencia de Laura Sarabia, una exsubalterna de su hijo, exjefe de Despacho de la Presidencia de Gustavo Petro y persona de extrema confianza de ambos.
La tarea de Benedetti Jimeno es urgente: tranquilizar a su hijo que armó el tierrero, se fue a ver un partido de fútbol al otro lado del mundo, regresó al país, tiene que entregar su puesto de Embajador en Venezuela y presentarse ante la Fiscalía el próximo 23 de junio para responder por las filtraciones y declaraciones recientes hechas a medios de comunicación sobre el supuesto ingreso de dineros no declarados e ilegales a la campaña presidencial del presidente Gustavo Petro.
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