El embarazo es una etapa natural de la vida, donde se concibe el comienzo de un ser con la posibilidad de interaccionar y crear una realidad a través del ambiente que lo rodea. En la mayoría de casos el embarazo es predeterminado por la pareja, aun así muchas veces esto no sucede; lo que da a los embarazos no deseados, presentes con mayor cotidianidad en los adolescentes. Es evidente que no es nada simple mantener la vida de un infante con la economía actual, y además con el consentimiento de ambas partes involucradas; cómo es esta cuestión para aquellas personas que no poseen la madurez mental y económica para conllevar la crianza de este tipo, en el que se tiene a responsabilidad la vida de un ser humano.
Con relación a lo expuesto, el largometraje “L’enfant” (El niño) se adapta perfectamente a la realidad que viven a diario los jóvenes involucrados con los embarazos no deseados; por un lado se encuentra “Sonia” interpretada por la actriz belga Déborah François, joven de apenas 18 años de edad que se involucra en una relación tortuosa con “Bruno” –Jérémie Renier-, hombre de 20 años, perteneciente a una banda de ladrones que azota a Liega, una ciudad de Bélgica. La relación existente con la película, es en el momento donde se ve involucrada la integridad de “Jimmy”, hijo concebido en una relación que consiste en ofensas, agresiones físicas como verbales; altibajos emocionales. Esto permitido por la falta de orientación social de ambas partes. Además de basar el bienestar de su hijo con el subsidio suministrado por el estado; asimismo, a través de los robos efectuados por el padre; quién llega al punto de vender su hijo, por causa de la avaricia y los lujos efímeros.
La similitud de la problemática con la película, se da en el instante donde la ficción es un reflejo de la realidad, que identifica la vida de gran cantidad de jóvenes que actualmente padecen la dura tarea de ser padres. El personaje de “Sonia” es una fiel analogía de varias jóvenes pertenecientes a las clases sociales poco favorables de las grandes urbes del mundo; Asimismo, la figura de “bruno”, es la del joven con problemas propiamente con el compromiso de sostener, y hacerse responsable de sus actos –cuantas personas con esta cuestión en común-; más que las circunstancias externas, existe el peso mental que estimula los actos negativos cuando se da este tipo de etapas, en este caso, el embarazo no deseado.
Además de las cuestiones socio-culturales, se presenta el tema de complicaciones médicas que pueden poner en riesgo el embarazo: la vida de la adolescente y del infante por nacer; como podrían ser la pree-clampsia, clampsia: que puede poner en una situación compleja la gestación de feto, provocando que se recura a la cesárea para que no sea afectada la integridad de los involucrados; asimismo, es posible que se presenten otras complicaciones que son las causante de la mortalidad en la mayoría de los embarazos: embolia, enfermedades hipertensivas (pree-clampsia, clampsia, hipertensión de gestación) y embarazos ectópicos, entre otras más.
En definitiva, el embarazo a temprana edad es un suceso que marca y acelera el ritmo de vida de los adolescentes que afrontan éste nuevo reto de formar al individuo que tienen ahora a su responsabilidad. Si bien, la mayor culpa de que esta problemática se les atribuye a los jóvenes, también se debe mirar hacia otro punto, donde encontramos la educación impartida por las instituciones académicas; como también, la obtenida por los núcleos familiares, los que deberían guiar a los afectados para comprender las consecuencias que contiene el embarazo adolescente.
