Mientras el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural avanza en un proceso licitatorio que definirá al nuevo administrador de la Cuenta Parafiscal de la Carne y la Leche, los movimientos de las organizaciones ganaderas para participar del proceso avanzan a toda velocidad. Sin embargo, la agresividad en los alcances de nuevas organizaciones no permiten visualizar un panorama como lo pretende el gobierno de posible “unificación” del sector.
De un lado, está Fedegan quien participará, dicen algunos, bajo la figura de consorcio con asociaciones ganaderas como Asocebú y algunos Comités de Ganaderos especialmente de la Costa; otros advierten que no le ha sido fácil a Fedegan consolidar el grupo consorcial. De otro, un grupo grueso de comités y organizaciones ganaderas locales y departamentales que aunque continúan afiliados a Fedegan forman parte de un grupo alterno de esa organización, están enfilando baterías para construir su propio grupo para buscar alianzas con organizaciones nacionales. Esos comités y organizaciones ganaderas regionales pretenden no ser desatendidas y entrar al juego del proceso con toda validez de representatividad y experiencia propia en la dinámica del sector.
En septiembre del año anterior surge además la Nueva Federación de Ganaderos (NFG) la cual preside el cordobés Alfredo García Burgos. La NFG se ha fortalecido en experiencia y representatividad, porque la ley lo permite, a través de los logros obtenidos por sus organizaciones asociadas regionales pero sin ninguna experiencia en ejecución de programas del orden nacional como si lo evidencian los administradores de otras cuentas parafiscales del sector agropecuario.
Pero sumado a esto, lo que a muchos productores ganaderos no gusta y tiene en alerta es la vinculación directa de la cooperativa Colanta en sus órganos de dirección, es decir quien maneja los hilos de la NFG es una cooperativa transformadora que no aporta a la parafiscalidad y es beneficiaria de recursos del fondo de estabilización de precios en la compensación del precio del litro de leche para poder ser exportada. El 16% de recursos de la cuenta parafiscal se trasladan al fondo de estabilización. Como entidad transformadora son formadores de precio en donde los productores siempre salen mal librados. Así las cosas, por primera vez en la historia de la parafiscalidad del sector agropecuario un TRANSFORMADOR y una organización recién creada estarían en la baraja de aspirantes a quedarse con la administración y ejecución de los recursos que aportamos los productores a lo largo y ancho del país.
Pero allí no para el tema, la NFG aunque ha intentado sostener alianzas con otras organizaciones como Unaga, Analac y algunas organizaciones ganaderas, la agresividad en su alcance negociador NO ha permitido ser vista con buenos ojos, sino que por el contrario se ha convertido en objeto disociador del sector. A pesar de ser una federación de no más de 8 meses de creación, en sus negociaciones con sus posibles aliados, pretende quedarse con la mayor parte de la administración y de la ejecución de la Cuenta parafiscal. Los ganaderos consideramos que estas pretensiones de una organización que no soporta ni siquiera patrimonio —su registro en Cámara de Comercio no supera los 32 millones de pesos— que soporte la garantía de una administración de recursos por cerca de 70 mil millones de pesos no compensa con la seguridad en el manejo e inversión del aporte que hace el sector ganadero que tantas dificultades ha tenido por escándalos que según el Ministerio de Agricultura, sustentado en investigaciones de la Contraloría General de la República, han dejado en evidencia los supuestos malos manejos de la parafiscalidad ganadera.
Es por ello que se puede deducir que la NFG tomará como garante en en el proceso licitatorio del MADR la fuerza patrimonial de la Cooperativa Colanta, quedando así, de ser favorecidos en el proceso licitatorio, totalmente manejada la parafiscalidad ganadera en manos de una Cooperativa que no aporta y si se beneficia abiertamente de ella.
Otras organizaciones como Analac, Unaga, Ucebul, comités departamentales con sinceros intereses gremiales, siguen apostando sin mucho ruido a la posibilidad de participar en un proceso que debe construir antes que dividir al sector, más de lo que hoy está por temas políticos y no de identidad del sector que nada tienen que ver con su desarrollo y manejo de oportunidades sectoriales.
Mientras tanto, los ganaderos seguimos aún más alerta sobre el destino de los recursos recaudados y acumulados durante 17 meses por Fiduagraria, entidad que administra actualmente el recurso parafiscal ganadero, ante la cancelación de los programas tradicionales de asistencia técnica y apoyo directo al sector.
