Antes de saber la dimensión que tendrían las manifestaciones ciudadanas de este domingo en Bogotá y varias ciudades del país el Presidente se anticipó convocando a la marcha del día del trabajo el próximo 1 de mayo advirtiendo no solo su presencia sino discurso en la tarima de la Plaza de Bolívar.
Le solicitaré este primero de mayo a los trabajadores y trabajadoras que me permitan hablar en su tribuna de la plaza de Bolívar. Iré como antes, caminando, espero que me acompañen en todo el país,
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 20, 2024
será un caminar por la dignidad laboral.
Será un día para que todas y todos los…
Una protesta que empezó como la marcha de las batas blancas se multiplicó y se convirtió en una marcha multitudinaria en Bogotá y varias ciudades como Medellín, Cali, Chía (lugar de la casa de la familia Petro). Las marchas fueron una realidad innegable de descontento frente al gobierno subrayado por las medidas radicales frente al sistema de salud y la propuesta de una Constituyente; también por el aumento del ACPM hicieron caravana los camiones y en general la incertidumbre frente a muchas de las políticas enunciadas por el Presidente.
Bogotá:
Cali:
Medellín:
Chía:
Petro no parecería dispuesto a rectificar y tomó mejor el camino de la ironía para descalificar las movilizaciones. Reposteó un video de Jaime Garzón, en el Noticiero Quac de los años 90 que tituló La clase dominante.
La clase dominante. pic.twitter.com/P3ueNmvfBr
— Gustavo Petro (@petrogustavo) April 21, 2024
Contraria fue la reacción de Laura Sarabia, la directora del DAPRE la más influyente del gobierno, quién trino reconociendo la dimensión de las marchas y llamando al gobierno a una semana de reflexión y la autocrítica.
Hoy debemos tener la grandeza de reconocer que muchas personas se movilizaron, que lo hicieron con todas las garantías y pudieron expresar su descontento.
— Laura Sarabia (@laurisarabia) April 21, 2024
Esta es una semana que como gobierno debemos afrontar en reflexión y autocrítica.
Expresen lo que expresen en sus cuentas de X donde se hace la interpretación pública, la realidad es tozuda y el gobierno internamente tendrá que evaluar estos 18 meses en que las cosas no han salido como se esperaban. Más allá de los enunciados grandilocuentes, el descontento se ha generalizado, regresando Petro a su nicho de aceptación histórico que no supera el 35%.
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A juzgar por su trino, todo indica no parecer dispuesto a revisar ni corregir sino por el contrario, iría más bien por la línea de atrincherarse.
Negando la realidad como ocurrió con sus antecesores, Santos con “el tal paro agrario no existe” y Duque minimizando la dimensión de las protestas del 2019 que derivaron un año después en el estallido social, puede llevarlo a pagar un altos costo político como con resultados impredecibles, como ocurrió en el pasado.
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