La etapa 3 de la Vuelta a España estaba marcada en rojo por los aspirantes a ganarla. Si bien no se iban a marcar grandes diferencias si se iban a medir las fuerzas entre los favoritos. Al ser la última gran vuelta del año es muy azarosa. No se sabe cómo llegan los ciclistas después del Tour y de la exigente olimpiada de Japón, todo eso en menos de un mes. Carapaz, quien viene de hacer un esfuerzo descomunal para ser podio en el Tour y ganar la medalla de oro en la prueba de ruta en las Olimpiadas, demostró en esta etapa que no está para disputar la carrera. Landa, quien viene descansado, irá de menos a más. Enric Mas, la principal baza española, se esforzó muchísimo en el Tour y, seguramente, su nivel será decreciente ya que aunque ahora tiene más piernas que sus rivales, el evidente desgaste del Tour, donde fue quinto, le pasará factura.
Egan no ha podido competir como se debe después del Giro. Si, viene fresco, no compitió el Tour ni las Olimpiadas pero viene de un COVID durísimo, así lo confirmó después de que resistiera con los perfumados de la carrera el pasado lunes 16 de agosto. Era la prueba para saber en qué estado de forma estaba el de Zipaquirá. No perdió segundos, llegó con Roglic, Superman, Landa y Yates, sus rivales directos y poco después de Enric Mas. Cuando le pusieron el micrófono se veía exhausto y solo pronunció lo siguiente:
"Después del Giro de Italia tuve covid-19 y ha sido difícil recuperar la forma, coger el ritmo, pero ese es mi presente”
La Vuelta es una carrera de escaladores, si Egan tiene las piernas podrá disputarle a Roglic, si no será dificil pero desde ya hay que entenderlo y abrir el paraguas: el Covid es una enfermedad todavía muy extraña y aún ignoramos como puede reaccionar el cuerpo de un pedalista después de padecerlo. Los próximos días serán decisivos. La fe está intacta.