Nada más refrescante esta semana que ver las diversas fotos que los estudiantes hombres de la Universidad Bolivariana se tomaron en diferentes poses, vistiendo minifaldas para protestar contra las absurdas medidas dictadas por la institución académica con la que pretendían controlar la vestimenta de las mujeres para ir a estudiar.
Digo refrescante por que quedó demostrado que las nuevas generaciones son más solidarias y claramente se rehúsan a ser catalogados como animales siempre en celo que se descontrolan y se dejan llevar por sus instintos cuando ven a una mujer recalcando sus curvas o dejando ver algo de piel.
Las nuevas generaciones claramente se rehúsan
a ser catalogados
como animales siempre en celo
Quedó demostrado que la razón, la tolerancia y la sana convivencia pueden derrotar a los estereotipos. Que la razón está por encima de los instintos y que aunque imperfectos, evolucionamos.
Ahora, no digo que no suceda que como seres humanos, algunos se dejen llevar por lo que les parece atractivo, y terminen haciendo comentarios inapropiados o piropos desmedidos.
Tampoco niego que el usar ropa o accesorios sugestivos pueda despertar pensamientos o deseos sexuales inapropiados. Sucede.
Pero no es quien los despierta quien debe controlarlos. Es quien los siente quien debe decidir qué hacer y cómo reaccionar usando la razón y la inteligencia, con el fin de medir consecuencias.
Es eso es, así de sencillo, lo que nos diferencia de los animales.