La caída de RCN televisión pudo empezar poco después del triunfo del No en el Referendo el 2 de octubre del 2016. Hasta ese día la pugna por el rating estaba pareja. Sin embargo algo se desmoronó en la credibilidad de los televidentes. La caída fue estrepitosa y desde esa fecha Caracol ha sido el medio elegido por los colombianos para informarse. En noviembre del 2020, luego del advenimiento de Vicky Dávila en Semana y la abrupta salida de Ricardo Calderón y sus muchachos de la revista, encontraron en Caracol la manera de seguir haciendo sus investigaciones con relativa libertad, tan necesaria para hacer buen periodismo. Sin embargo a la masa en bruto no le interesan demasiado las investigaciones sino los rostros en televisión y en esto el que más brilla es Juan Diego Alvira.
Un informe de Juan Diego en la calle marca tendencia cada vez que lo hace. Su imagen sigue fresca a pesar de estar en las pantallas desde hace más de una década. En cambio en RCN no se han podido consolidar ni los rostros nuevos ni los viejos. Ante la falta de rebeldía de su director José Manuel Acevedo quien está en el cargo desde febrero del 2021, el canal sigue siendo víctima de un desprestigio de marca, acaso arrastrado por su uribismo extremo. Esa falta de credibilidad no ha encontrado un consuelo en un nuevo rostro que seduzca al público y arrastre audiencia. Porque ni con Inés María Zabaraín, ni con Juan Eduardo Jaramillo, Jessica de la Peña o Felipe Arias han podido encontrar el encanto que irradia Alvira.
Por eso es una constante que en cada restaurante que se entre al mediodía los colombianos prefieran en el almuerzo a Caracol, no sólo por Alvira sino porque la estética del canal es mucho más ágil y contemporánea que la señal de RCN, condenada, al parecer, a seguir siendo un vestigio de la primera década de este siglo, cuando lo único que importaba era la voz de Uribe.