La decisión de la Superintendencia de Industria y Comercio que sanciona con una multimillonaria multa a tres empresas cementeras del país puso a correr bases incluso a la propia entidad de vigilancia.
Se trata de Argos, empresa Paisa, Cemex, cementera mejicana y Holcim, con hoyo gen europeo.
La sanción, por ponerse supuestamente de acuerdo para afectar a la industria de la construcción manejando artificialmente los precios del producto, sorprendió a la misma entidad a la que se le filtró en algunos medios y de manera anticipada la investigación.
Dicen dos Fuentes al interior de la entidad que consulté para esta nota que la situación obligó al Super Robledo a producir la sanción pero con el menor valor, o sea la más baja posible que, evidentemente, para el bolsillo de un colombiano del común es un potosi, casi un cuarto de Billón de pesos pero para las cementeras esto no significa más de 59 pesos por acción.
Para ser precisos, la muta de $73.771 millones de pesos, proporcionalmente para Cementos Argos serían $54,2 pesos por acción y para Cemex sería de $127,60 pesos por acción.
No obstante el daño reputacional se calcula en miles de millones de dólares debido a que estas empresas cotizan en bolsa y ser señalado como un cartel por un organismo institucional no es propiamente un activo empresarial que genere utilidades .
Además genera un riesgo para los funcionarios de las cementeras contra quienes podría actuar penalmente la propia Fiscalía General de la Nación.
La Furia de Robledo:
El Superintendente Pablo Felipe Robledo, en la rueda de prensa donde anunció la sanción a las cementeras, hizo lo que nunca hace en este tipo de eventos que tradicionalmente en él son espectaculares: llegó leyó y se retiró sin responder preguntas de los periodistas que quedaron atragantados de inquietudes y se fueron a sus redacciones sólo con una declaración fría que exponía las multas sin los porqué.
El ímpetu con el que Robledo ha manejado sus denuncias, en un tema tan grueso como este, desaparecieron como por arte de magia.
Tres Fuentes al interior del organismo me contaron, para la elaboración de esta nota, que el Súper siente que su gestión va cuesta abajo.
Después de la rectificación que debió hacer en medios sobre los señalamientos a una compañía fabricante de vidrios de Barranquilla en un tema de un supuesto acaparamiento y reventa de boletas para las eliminatorias al mundial de fútbol Rusia 2018 y la posterior tunda que le dieron al aire los periodistas de Blu Radio, la W y Caracol, Robledo llegó a niveles de desespero que incluso lo puso a titubear, cosa que nunca había hecho en los años que lleva al frente de ese organismo.
En agosto pasado funcionarios de esa entidad visitaron a esa empresa que se llama Tecnoglass, allanaron con estilo policíaco sus instalaciones, decomisaron teléfonos móviles, levantaron actas y posteriormente filtraron información a varios medios tanto digitales como masivos.
Esto armó un tremendo ruido que terminó dos meses después en una lánguida ronda de medios de Robledo donde afirmaba que no había pruebas que le permitiera a la entidad tomar decisiones en contra de la vidriera que además cotiza en bolsa en Nueva York.
El episodio generó una cascada de críticas al Super por redes. En medio del desespero Robledo, como funcionario público, decidió en un hecho sin antecedentes que muchos criticaron, bloquear a periodistas en su cuenta de Twitter.
El episodio Tecnoglass generó entre muchos empresarios del país zozobra e inquietud por la forma como se están manejando las investigaciones en esa entidad.
Incluso, algunos allegados al propio Presidente de la República Juan Manuel Santos, a quién le reporta exclusivamente Robledo, le han advertido al mandatario sobre las reservad entre inversionistas por este tipo de acciones cuando son temerarias, afirman los interlocutores del presidente que cuando terminan en simples rectificaciones el daño reputacional es impagable.
Argos, la superpoderosa cementera paisa reaccionó de inmediato a la sanción de la SIC rechazando los señalamientos contra la marca que ya empieza a inquietar a muchos en el exterior, donde la cementera tiene intereses .
Se supo hoy que hay una batería de expertos trabajando no sólo en lo legal sino en lo mediático y que incluso se unieron las tres cementeras para desmontar la sanción que tiene recursos y obligar a Robledo a revocar esta decisión que vale más en prestigio que en dinero.
Las razones de Robledo:
Varios cercanos del Súper a los que consulté y decidieron hablar a cambio de omitir sus nombres explicaron que Pablo Felipe decidió tomar decisiones que para otros podrían ser suicidas porque aspira a ser candidato a una alcaldía importante de Colombia, incluso podría ser la de Bogotá y para ello se quiere convertir en el buque insignia de la lucha contra la corrupción en Colombia.
Una de las fuentes dice que Robledo sabe como nadie los costos que tienen las decisiones, equivocadas o no que toma y que las mismas no sólo lo atornillan en el cargo sino que lo blindan ante el propio gobierno porque sacarlo sería tan ruidoso como sus fallos.
Es por ello, dice otra fuente, que rectificar lo altera y le hace daño a sus propósitos políticos máxime cuando sus denuncias contra las papeleras de Antioquia y los canñicultores del Valle del Cauca lo lanzaron al estrellato público.
Algunos de sus ya innumerables malquerientes dicen que más que estrellato, Robledo puede terminar por sus afanes políticos y de protagonismo, estrellado.
