LA PUNTUALIDAD DEL GOBIERNO PETRO se refleja en el cumplimiento de los puntos que en congruencia con el programa prometido en campaña, viene cumpliendo al pie de la letra. "Lo que digo borracho, lo sostengo en el guayabo", me decía hace ya muchos años, un amigo bastante aficionado a la bebida, cuando se le reclamaba por sus recurrentes medidas de pata, en medio de la beodez. Parafraseando al dipsomano amigo, que por obvias razones omito su nombre y aplicando lo anterior al tema que nos atañe seria: Lo que prometo en campaña, lo cumplo puntualmente gobernando.
La impuntualidad es el vicio más recurrente que tenemos como sociedad, es más fácil reconocerlo que corregirlo, las personas que la cometen se excusan permanentemente, pero algunas no hacen nada por corregirse. Cuando la cometen no son consientes, a quién lastiman o a quien perjudican, se excusan como si nada hubiese sucedido y con el tiempo vuelven y la cometen. Como el alcohólico recaen. Son incorregibles, a no ser que adopten una disciplina que sane esta falencia.
La impuntualidad, en nuestro medio ha hecho carrera de tal manera que para egos agigantados encuentran en ella el insumo básico para darse una falsa importancia y argumentan una mega ocupación para justificarla: “Es que yo soy una persona muy ocupada” dicen, como si los que llegan puntual a las citas, fueran personas desocupadas y sin oficio, la impuntualidad es algo ofensivo.
Nuestros políticos criollos, cuando en campaña, citan a una reunión, siempre llegan tarde, con la falsa creencia de que con esto, se crea una expectativa a su arribo y como Rock Star, su llegada se convierte en todo un acontecimiento. Suponen que al llegar tarde el auditorio estará lleno. ¡Falso!. Si llegasen a tiempo tendrían más credibilidad y darían ejemplo a sus seguidores.
En el caso del gobierno Petro, en cuanto a la puntualidad de su programa de gobierno, está cumpliendo, aunque eso signifique darse la pela, porque los recursos existentes son exiguos, dejaron "la olla raspada" y no alcanzan para cumplir lo prometido o por no lograr la gobernabilidad que otorga el tener mayorías en el legislativo. En ese sentido Petro es puntual, es coherente, pero es impuntual para llegar a las citas.
El pueblo se encuentra literalmente cansado del tradicional incumplimiento de los políticos con lo que prometen. ¿Cual de las dos situaciones es mas importante para el ciudadano del común, que reclama puntualidad de lo prometido? Si colocamos en una balanza bien calibrada; por un lado, la puntualidad, en el sentido de cumplir lo prometido y por el otro, la impuntualidad de no aparecer a tiempo, en la foto de un evento, obviamente que escojo lo primero sobre lo segundo. ¡Es cuestión de sopesar!
La impuntualidad que se le adjudica a Gustavo Petro por llegar tarde o no llegar a varios eventos no resulta defendible. El hecho constantemente lo martillan los medios en su afán de posicionarlo como incumplido. Personalmente, soy escéptico de la información que trasmiten los amangualados medios y sus propietarios hoy viudos del poder. Ellos tiran linea a sus prosélitos de un periodismo que por dignidad del oficio, deberían ser independientes y objetivos y no obsecuentes, arrodillados y subjetivos como lo son hoy.
De manera sivilina se informa que el presidente no llegó o llegó tarde a un determinado evento. Asumir una postura negacionista ante este ostensible hecho, es inútil, no ayuda; lo importante es corregir a tiempo la falencia que no es menor, pero tampoco es algo extremo y trágico. Este craso error, es fácilmente corregible, por los responsables de manejar la agenda del mandatario y la disposición del incumplido de cambiar. .
Lo que no es aceptable, es su sobredimensionamiento o ponerlo por encima de lo que dice el discurso profundo o la importancia de un planteamiento que incluye el discurso. Lo nimio lo colocan por encima de lo trascendental. Pero es fácilmente entendible : se trata de una estrategia deliberada, de sobredimensionar lo irrelevante, sobre lo verdaderamente importante.
Lo anterior no es excusa para no ser cumplido y ese detalle es munición o "dar papaya", para una oposición que al no contar con una inteligencia que comprenda su verdadero rol, adhieren a vanalidades ante la ausencia de la critica seria, reposada, reflexiva y ponderada.
Opositor inteligente en la otra orilla ideológica era un Álvaro Gómez Hurtado o un Gilberto Alzate Avendaño; daba gusto escucharlos en un debate aunque sus posturas no se compartieran, pero imagínense, que aquí el opositor es el Pánfilo Polo Polo o la reina de la tecnocarrilera. Que gran favor hacen, o que perjuicios causan, a una democracia que con ellos decrece en calidad. Si no fuera por lo grave del asunto, sinceramente, lo anterior provocaría risa. Petro se encuentra en el mejor de los mundos con esta clase de "opositores".
ADENDA- Varios días lleva el dólar bajando. ¿Ahí sí silencio total?