La lesión de James no es en el sóleo. La raíz de esa dolencia es un problema que tiene, desde hace tres años, en la espalda y la ingle. Esto repercute en el gemelo. Esta lesión sólo se erradica con un profundo descanso. El problema es que a James no le gusta descansar. Esta fiebre de representar a Colombia en todas las competencias se ha convertido en el problema de sobrellevar una lesión crónica que lo atormenta a más no poder. Los médicos que lo han visto en Inglaterra y España no le solucionan nada, a lo sumo le han agravado el problema ya que sólo le dan pañitos de agua tibia para que pueda jugar un partido cada quince días.
La idea del Everton era darle descanso en los últimos tres partidos de su equipo en la Premiere y que jugara con la selección. Reinaldo Rueda lo convocó pero no sabía muy bien la gravedad de la lesión. Al informarse un poco mejor decidió desconvocarlo. Reinaldo y su preparador físico, el riguroso Carlos Eduardo Velasco, decidieron darle al colombiano el tiempo suficiente para que descansara. La urgencia es recuperar a un jugador que apenas tiene 29 años y que, cuando está al 100%, puede estar entre los cinco mejores volantes ofensivos del mundo.
James no lo entendió y sacó un comunicado, minutos después de saber que Reinaldo lo sacaba de la selección, condenando al técnico valluno. Ya lo había dicho desde el 2016 "es que yo por la selección juego hasta cojo". El amor por el equipo le significó esta torpeza y creo la peor crisis que ha tenido la selección en mucho tiempo. Reinaldo se siente traicionado y esta foto en el gimnasio que publicó el cucuteño en el Instagram alborotó aún más el avispero:
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Además el parte médico del Everton, diciendo que el colombiano estaba ya en franca recuperación, acabó de agravar aún más la guerra. Por las ganas de jugar con la selección, James terminó rompiendo la armonía con el técnico. Esperemos que las cosas puedan volver a su cauce por el bien del equipo.