El mundo aeronáutico no volverá a ser el mismo después de la pandemia. El COVID-19 llegó a revolver los sistemas operativos de las aerolíneas y la industria aeronáutica, replanteando las prioridades de principio a fin.
Incluida Avianca, centenares de compañías aéreas en el mundo se han visto en la obligación de reversar las ordenes de compras de aeronaves para poder sobrevivir la pandemia. Esto no solo implica un gasto inmenso para estas, sino también para los gigantes proveedores de aviones como la gringa Boeing y la europea Airbus.
El 17 de julio de 2020 el mundo de la aviación amaneció con una terrible noticia. British Airways, la mayor operadora de los jumbos jets más famosos del mundo, los Boeing 747, o reinas del cielo como se les conoce comúnmente, confirmo el retiro de sus más de 31 aeronaves de este modelo debido al brusco giro de reinvención que la compañía tuvo que dar para resistir la pandemia. El icónico avión, que desde los años 70 endulza con su estilo los cielos del Reino Unido, desaparecerá del todo en el 2024.
¡Adiós 747!
British Airways retira toda la flota 747 después de la desaceleración de los viajes por causa de la pandemia del #Covid-19. #EconomíaDW /e pic.twitter.com/mHV346xkZ9
— DW Español (@dw_espanol) July 17, 2020
La compañía apenas se venía recuperando del fiasco que resultó ser el Boeing 737 MAX, cuando llegó el coronavirus y la obligó a buscar fondos de financiación solo un mes después de su arribo en Estados Unidos. Si bien Boeing consiguió USD 25 mil millones en créditos para atender su fragilidad operativa, sus más de 161 mil empleados se encuentran en medio de la peor incertidumbre en décadas.
Como baldado de agua fría les cayó la noticia a los ejecutivos de la compañía sobre la cada vez más fuerte preferencia de las aerolíneas en todo el mundo por aviones de mediano y pequeño tamaño. Boeing todavía producía hasta 3 jumbo jets 747-800 al mes, cuando hoy son contadas las aerolíneas que siquiera concebirían anexar dichas aeronaves a sus flotas. Sin contar que casi ninguna tendrá presupuesto para seguir creciendo sus filas de aviones.
Por otro lado, el último modelo sacado por la compañía, el Boeing 787, de la cual Avianca es dueña de 12 aeronaves, también ha presentado fallas en la demanda. Aunque su tamaño es considerablemente más pequeño que los Jumbo, está diseñado para transportar hasta 255 personas en un mundo que enfrenta un nuevo miedo a desplazarse y un sinfín de nuevas restricciones para hacerlo.
Por otro lado, la competencia de Boeing, la europea Airbus, que ha enfrentado una pandemia más amable por cuenta de no tener que lidiar con otras crisis diferentes al COVID, está en pleno auge de producción de el novedoso Airbus A350, un avión hermanado al Boeing 787 pero más nuevo, más tecnológico y que ha llamado poderosamente la atención de las aerolíneas operativas de todos los continentes, las cuales llevan más de dos años haciendo fila para recibir y estrenar esta nave. En Suramérica, Latam ya tiene 2 de estos aviones y la hoy extinta Avianca Brasil había ordenado la compra de 7, mucho antes de declararse en quiebra.
Además, la pandemia impulsó otra aeronave recién presentada por Airbus al mercado aéreo mundial: el A220. Dicho avión, de mediano tamaño y con un solo corredor en su cabina, había pasado sin pena ni gloria desde su lanzamiento en el 2016. Hasta marzo del 2020 solo 100 de estas aeronaves habían sido vendidas, pero hoy se sabe que hay al menos 700 órdenes de compra debido a su tamaño propicio para lo que se viene. Esto ha significado un dolor de cabeza para Boeing, la gigante gringa que produce cerca del 1% del PIB nacional del país más rico del mundo.
Pues bien, Boeing se ha visto en la necesidad de reducir su plantilla en 10% al suprimir 16.000 empleos y, según han dicho varios medios internacionales, podría eliminar dos lineas de ensamblado del 787 y desplazar centros de ingeniería hacia estados menos onerosos.