La pruebita de amor ha sido una frase bastante utilizada en el lugar donde nací y, de alguna forma, es la sensación que me dejan diferentes pruebas que he estado haciendo con Internet.org. No se puede negar que la iniciativa de Facebook para proveer algo de conectividad basada en servicios es interesante. Sin embargo, la sospecha se levanta cuando los servicios privilegiados son solo los de Facebook y unos cuantos elegidos por el proveedor de telefonía celular y el gobierno —en nuestro caso Tigo y el MinTic—.
Para acceder a este "beneficio", tenemos que tener una Sim card de Tigo. Cualquiera puede comprar una por 5000 pesos en una tienda autorizada y, por un tiempo de dos meses, puedes disfrutar de las aplicaciones que ofrecen, pero con la condición que si intentas acceder a un contenido externo (fuera de las aplicaciones autorizadas) a partir de ese momento el costo se cargará al plan de datos. ¿Cómo funciona todo esto? En los términos y condiciones de uso se ofrecen algunas pistas técnicas para entender cómo funciona Internet.org. Así, por ejemplo, se puede leer: "Actividades en internet. Cuando solicitas acceso a un sitio web o servicio, podemos modificar la solicitud y enrutarla a través de nuestros servidores para que tu operador de telefonía celular sepa que no tiene que cobrarte por los datos que usas para ac. Cuando utilizan la palabra enrutar quieren decir que nuestro tráfico de red está siendo inspeccionado y pasado por un proxy que le permite a la empresa, en este caso a Facebook, saber desde dónde navegamos, para dónde vamos y qué estamos haciendo en el camino. En principio, esto presenta diferentes problemas desde el punto de vista de la intimidad de las personas. No hay manera de usar esa aplicación de una forma anónima. El control del tráfico y el registro de la conexión lo tiene en todo momento Facebook.
En este punto debemos alertar que los datos que pueden recoger de una persona cuando se navega por un proxy son bastantes: desde su ubicación e identidad completa (debido a la interrelación de la cuenta de Facebook con el servicio) hasta conocer los detalles de sus búsquedas en cualquiera de las otras aplicaciones.
Es cierto que como aceptamos unos términos y condiciones de uso que incluyen todas estas posibilidades, en estricto sentido, no hay nada ilegal. Además, entre nosotros es muy común el dicho "el que nada debe nada teme". Sin embargo, la recolección de este tipo de información no solo tiene implicaciones en la seguridad o facilita actividades de vigilancia masiva, sino también puede usarse para fines comerciales, publicitarios etc. En este tipo de servicios, es cierto lo que muchos dicen: "cuando el servicio es gratis, el producto somos nosotros", y es que nuestros datos, en especial nuestros metadatos, forman parte un mercado emergente, el de los datos. Volvamos a los términos y condiciones de este servicio, allí vemos que nos dicen que: "Es posible que compartamos información con terceros de conformidad con nuestra Política de datos". Por supuesto, esa "Política de datos" es bastante permisiva, por lo que estamos cediendo gran parte de nuestros derechos cuando la aceptamos.
De otra parte, estas prácticas no terminan con Internet.org. Desde hace tiempo en Colombia se ofrecían planes económicos por servicios parciales. Recientemente, se han intensificado campañas comerciales como "Facebook al gratín", que son fuertes especialmente en lugares menos favorecidos, en donde la brecha digital es tan grande que es indiferente tener internet o Facebook, simplemente es lo mismo. En Internet es común tener servicios que se vuelven monopólicos: Google es un buscador omnipresente y Facebook es la herramienta por excelencia, el medio de comunicación único para no iniciados. Lo preocupante es que en este tipo de iniciativas a nadie parece importarle que el efecto se amplifique y, peor aún, de la mano de un Estado cómplice. La alianza entre Facebook y el gobierno colombiano se presta para un juego comercial. Al promover la implementación de soluciones como Internet.org, se permite que las personas caigan en una estrategia publicitaria donde los únicos beneficiarios reales, y a largo plazo, son las empresas.
Tal como en la pruebita de amor o como en la nunca bien ponderada frase "la puntica no más", cuando nos enfrentamos a este tipo de servicios, nos arriesgamos a perder más de lo que imaginamos. Lo que vemos como un beneficio para una parte de la población necesitada, como intenta mostrarlo en sus discursos el CEO de Facebook, ciertamente, no cierra la brecha digital. Utilizando publicidad engañosa, se convierte a Internet en un puñado de aplicaciones de acceso limitado, se cierra un mundo de infinitas posibilidades, se pasa a navegar a solo opciones elegidas por quienes están pagando por la navegación. No estoy de acuerdo con su postulado "Mejor algo que nada". Prefiero no tener nada a no poder elegir a dónde quiero ir y cómo quiero llegar.
El precio de esta pruebita de amor son mis datos. Es un precio bastante alto y el cebo que nos ponen es muy atractivo en un país en donde aún más del 70 % de la población no tienen ningún tipo de conectividad ¿Internet gratis? Sí, pero abierto y confiable.
RedPaTodos es un colectivo de organizaciones e individuos de la sociedad civil que promueve un uso incluyente de Internet y aboga por el respeto a los derechos fundamentales y las libertades civiles de todos los colombianos en el entorno digital.
http://redpatodos.co/
@redpato2
http://www.facebook.com/RedPaTodos
Este artículo está licenciado CC-BY-SA 2.5 Colombia. Usted puede copiar, distribuir, ejecutar y comunicar públicamente este artículo, incluso si el uso que hace es comercial, siempre y cuando de los créditos correspondientes. Puede hacer obras derivadas si la nueva obra es distribuida con una licencia idéntica a esta. Para conocer el texto completo de la licencia visite http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.5/co/