La Universidad Nacional no ve la hora de quitarse la imagen de ser una institución de izquierda, revolucionaria, progresista y resistente. En 2016 borraron la icónica imagen del Che Guevara que además da nombre a una de las palzas universitarias más importantes del país. En ella se planearon revoluciones, se hicieron multitudinarias protestas y fue la cuna de los movimientos estudiantiles que fueron capaces de desestabilizar gobiernos como los de Julio César Turbay. Pero eso es cosa del pasado. Esta imagen vale más que mil palabras, y el hecho que hayan vuelto a borrar el rostro del revolucionario cubano argentino demuestra que hace mucho la Universidad Nacional dejó atrás su espíritu libertador.
Y es que desde que la rectoría dejó de estar comandada por grandes pensadores para caer en manos de personas como la actual rectora Dolly Montoya, que llegó al puesto sin el respaldo de los estudiantes y más bien por un dedazo de Juan Manuel Santos, no queda otro camino al de aceptar la derechización de la universidad. No se sorprendan si dentro de unos años la privatizan y la plaza Che vuelve a tener su nombre inicial: Francisco de Paula Santander.