Daniel Carvalho: la prueba de que no deberían despenalizar la marihuana en Colombia

Daniel Carvalho: la prueba de que no deberían despenalizar la marihuana en Colombia

Para algunos, el gobierno Petro está dando palos de ciego en torno a la despenalización de las drogas, específicamente sobre la marihuana

Por: OCTAVIO TORO CHICA
octubre 18, 2022
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Daniel Carvalho: la prueba de que no deberían despenalizar la marihuana en Colombia

Hablaré a continuación sobre la despenalización de la marihuana. Pero antes, algo de contexto.

Siempre ha sido así y queremos que esto siga siendo así: quienes representan a un pueblo gracias a un voto popular, que significa la confianza depositada en ellos, supone el reconocimiento de valores éticos, morales y cívicos existentes en aquellas personas, que por razón de esa elección han llegado a ocupar cargos de poder en el alto gobierno, sea en el ejecutivo, legislativo o judicial, las tres ramas que hacen parte del gobierno nacional de este país democrático que aún es Colombia.

Estamos hablando que se parte del supuesto de que, al gobierno nacional, en cualquiera de sus ramas, llegan los mejores hombres y las mejores mujeres con los cuales cuenta una nación y eso de por sí ya encara una responsabilidad mayúscula con el resto de la población, que ve en aquellos, sus elegidos representantes, los ejemplos a seguir, modelos y prototipos que tienen que ir dejando improntas en las mentes y en los corazones de todos aquellos por quienes han sido elegidos.

Y por qué no decirlo, de quienes sin haber participado en su elección, esperan y confían en el mejor de los desempeños que permita el crecimiento en todos los órdenes de una comunidad, que en todos los casos seguirá expectante frente a sus pensamientos, traducidos en palabras y actuaciones y la coherencia existente entre las mismas.

No se compadece entonces, desde ningún punto de vista, que quienes han sido elegidos porque se confía en que sus pensamientos, palabras y acciones, siendo coherentes con las diferentes situaciones o posturas políticas, económicas y sociales respondan a los más altos intereses de la patria y por ende de todos quienes nos conformamos como nación, estén dando palos de ciego, en torno a temas tan delicados como la despenalización de las drogas y por lo pronto, se esté pensando en darle vía libre al consumo de la marihuana.

Todos los que hemos pasado por los graves problemas de cualquier adicción, podemos constatar en carne propia, que la primera defensa que existe, es la justificación de nuestra adicción y defenderla a capa y espada, de que no nos hace daño; pero de ahí, pasar a decir que, es que determinada adicción no le hace daño a nadie es un exabrupto total y más viniendo de un “honorable congresista” que se precia y hace alarde de ser marihuanero hace ya más de 20 años.

¡No señor! Allá usted con su maldita adicción, pero su visión y su postura ignorante, enfermiza y enclenque, no puede servir de espejo en donde se han de fijar nuestros niños y jóvenes. Respete marihuanero!, porque decirle señor, le queda muy grande. A la larga se ve el desbordante daño que le viene haciendo la marihuana, cuando se atreve a afirmar y proclamar tanta estupidez.

Invito a nuestros lectores, que repasemos algunas conclusiones científicas de los doctores Yurisan E. Rosales Casavielles, Mayra Góngora Herse, Evelyn J. de la Rosa Rosales, Especialistas Cubanos en Psiquiatría, sobre los daños que produce la marihuana en el ser humano y consignadas en su documento científico titulado: La marihuana y los efectos que provoca en los seres humanos.

Efectos que hoy por hoy, en nuestro país, por esa pléyade de “genios” que lo gobiernan se pretenden desconocer:

  1. La marihuana es una droga que produce dependencia y adicción. Actualmente se conoce que su dependencia es un proceso psicológico que se traduce en cambios neuronales en el cerebro; dependencia psíquica y dependencia física son las dos caras de una misma moneda. Al fumarse, alcanza en pocos segundos el cerebro factor farmacocinético que facilita el desarrollo de la dependencia. El tetrahidrocanabinol, principio activo de esta droga, se fija a estructura química específica de la membrana neuronal. En el hombre, la marihuana se desliga lentamente de los receptores, por lo que los síntomas de privación, como irritabilidad, ansiedad y agresividad son menos evidentes, pero si, suficientemente  efectivos para que la persona persista en el consumo.
  1. La marihuana produce las mismas enfermedades en el aparato respiratorio que el cigarrillo, especialmente las bronquitis crónicas, enfisema y cáncer pulmonar.
  1. El tetrahidrocanabinol puede reducir la movilidad de los espermatozoides hasta en el 40% y el 30% de ellos, son incapaces de producir la enzima necesaria para atravesar la membrana externa del óvulo.
  1. La marihuana produce déficit cognitivo en los usuarios, especialmente a nivel de la memoria, atención y capacidad de aprendizaje. Las limitaciones cognitiva y de la iniciativa determina que el consumidor tenga un rendimiento escolar y laboral inferior a quienes no la usan, el uso de la marihuana antes los 18 años reduce hasta en 10 unidades el coeficiente intelectual y eso es irreversible.
  1. Existe una asociación entre trastornos emocionales y conductuales de la adolescencia y consumo de marihuana. El uso de esta sustancia se asocia a depresión, psicosis paranoidea y trastornos conductuales.
  1. Actualmente existe la evidencia epidemiológica de que el consumir marihuana facilita el entrar en contacto, probar y abusar de otras sustancias adictivas.
  1. El uso indebido de esta sustancia implica una profunda degradación moral aguda, con posibilidad de cronificarse y de rango individual, pero con potencialidades de generalización que la convierten en un fenómeno macrosocial de muy alta relevancia porque sobrio nuestra conducta es cognitiva, volitiva, racional y controlada. Ello deriva además la creencia de que la marihuana no produce violencia, ni criminalidad.

Y a la espantosa lista de daños en los seres humanos le agregan esta sentencia: “Es necesario que la discusión acerca de la legalización de la marihuana se apoye en estos hechos científicos y no se desplacen al terreno de las emociones colectivas y los intereses electorales como ocurre en algunos países. No se trata de un problema de derechos individuales, es un asunto de la salud de los seres humanos”.

Le agregaría que no se trata de un problema de derechos humanos individuales, donde todo mundo aboga por su cumplimiento, especialmente, cuando se violan dizque los derechos de los criminales, y que además de ser un asunto de la salud de los seres humanos, pasa a ser un asunto del colectivo social, o sea de todos los colombianos, no de unos cuántos “marimberos” y de otros, que escondidos en sus trajes, se lucran del negocio del narcotráfico, porque eso es lo que es.

Ahí estamos pintados.

Pero podemos afirmar que con esa pobreza de formación y por tanto mental que tiene el congreso de la República, cualquier discusión de orden científico se pierde, puesto que muy pocos la comprenderían y de ahí la ligereza, torpeza, estupidez y politiquería con que se está tratando el tema. Seamos serios, por favor!!!.

Si ustedes, señores del gobierno no se respetan a sí mismos, respeten al menos al pueblo que los eligió y permítanos ser, seres humanos de bien y no avancen más con la imposición de sus ideologías de miseria, destrucción y muerte.

La síntesis no puede ser más pavorosa, sobre el panorama al cual se nos quiere conducir como sociedad:

Sí produce enfermedades en el aparato respiratorio.

Sí produce impotencia sexual.

Debilita la capacidad de procreación.

Disociaciones de la realidad.

Sí produce déficit cognitivo en los usuarios, especialmente a nivel de la memoria, atención y capacidad de aprendizaje.

Rendimientos escolar y laboral inferiores a quienes no la usan.

Reduce para siempre y  de manera significativa el coeficiente intelectual.

Produce trastornos emocionales y conductuales.

Su consumo se asocia a la depresión, psicosis paranoidea y trastornos conductuales.

Promueve ideas suicidas.

Facilita el contacto, prueba y abuso de otras sustancias adictivas.

Implica una profunda degradación moral aguda.

Se puede convertir en un fenómeno macrosocial donde se crea que la marihuana no produce violencia, ni criminalidad.

En todo lo anterior, no existe nada más contrario y que atente más contra Colombia como potencia de la vida. ¡Vaya coherencia!

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