Buena parte del equipo lo heredó de Camilo Reyes, el saliente embajador de carrera nombrado por Juan Manuel Santos en la recta final de su gobierno, quien intentó profesionalizar la embajada con funcionarios de carrera. Francisco Santos, el primero de los embajadores nombrados por Duque incluso antes de posesionarse el 7 de agosto, no se ha ocupado por hacer cambios y ha preferido apoyarse en la experiencia de quienes ya conocen los teje manejes de Washington.
Al momento de irse, Pacho Santos quiso llevarse como Ministro Consejero al cartagenero Luis Ernesto Araujo, hermano de Fernando, el caracterizado senador del Centro Democrático ambos hijos del ex canciller Fernando Araujo. Araujo alcanzó a tener decreto de nombramiento firmado y publicado el 3 de septiembre de 2018 pero, por alguna razón personal, nunca arrancó en su cargo en Washington.
Son 15 funcionarios con los que cuenta el embajador. Un hombre clave por su experiencia diplomática es el ministro plenipotenciario Daniel Ávila, pero cuenta también con 3 ministros consejeros, 2 consejeros, 1 primer secretario, 2 tercer secretario y 5 agregados militares, navales y de defensa. A esto se le suman los 5 funcionarios diplomáticos que trabajan en el consulado colombiano en la misma ciudad, a donde llegó Erika Salamanca, una Uribista purasangre quien es la interlocutora de la consejera presidencial para las regiones Karen Abudinem en la organización del taller Construyendo país, que tendrá lugar el último día de la visita, antes del desplazamiento presidencial a Nueva York.
Ávila, es funcionario de carrera y fue nombrado en Washington por la excanciller María Ángela Holguín desde el 2014, con Luis Carlos Villegas como embajador. Había sido director del Grupo de Desarme y del programa contra minas de la Cancillería y había estado en la misión diplomática de Colombia en Ginebra, Suiza, con Angelino Garzón y Alicia Arango como embajadores ante las Naciones Unidas. Aunque su periodo de permanencia en Washington está por concluir, el embajador Santos solicitó prolongárselo al menos seis meses.
Dos de los tres ministros consejeros también son de carrera diplomática. El tercero, Juan Carlos Reyes, es cuota política del expresidente Santos y fue beneficiario de la chorrera de nombramientos diplomáticos que hizo el anterior gobierno en vísperas de entregar administración. Cuando asumió la embajada Francisco Santos, Reyes estaba recién nombrado después de haber dirigido por 4 años el programa de Presidencia “Colombia Joven”. Es el responsable de los asuntos económicos y financieros de la embajada.
El equipo de exmilitares es importante en esta embajada y se ocupa de los temas de seguridad. Al frente está el agregado de defensa, el General Juan Pablo Amaya, quien fue ex comandante de la Segunda División del Ejército y ex inspector de las Fuerzas Militares durante el gobierno Santos y lo nombró él, poco tiempo antes de dejar la Casa de Nariño. Lo acompaña el Coronel Oscar Tovar, agregado militar y quien fue el Comandante de la Fuerza de Tarea Nudo de Paramillo (FUNUP), fuerza encargada de acompañar los procesos de sustitución de cultivos ilícitos en esta conflictiva zona del país. También llegó en el 2018. Los otros tres que representan las distintas fuerzas están bajo la coordinación de Amaya.
El embajador Santos ha sido muy beligerante en la acción diplomática contra el régimen de Maduro en Venezuela y la interlocución mayor en la Casa Blanca la tiene con el cubano americano Mauricio Claver-Carone, el asesor de seguridad nacional para el Hemisferio Occidental, quien ha empujado desde Washington la estrategia del cerco humanitario que Colombia ha apoyado y ha llevado a Pacho Santos ya dos veces hasta la frontera con Venezuela en Cúcuta. El encuentro de Duque con Trump, con quien ya estuvo reunido el año pasado en el contexto de la Asamblea de Naciones Unidas, es una prueba para la diplomacia de Pacho Santos, después de seis meses al frente de la Embajada en Washington.