Los estudiantes de la generación en la Universidad de Nuestra Señora del Rosario recuerdan a Samuel Moreno Rojas como un estudiante aventajado. Quería ser un buen jurista. Y para eso estudiaba. Su tesis de grado versó sobre Contratos Underwriting y mereció una alta calificación por parte de un jurado presidido por el exsuperintendente de sociedades Luis Fernando Alvarado, un experto en derecho concursal, asociado a los temas de acreencias.
En su sustentación Samuel Moreno hizo una postulación del concepto que hoy sigue vigente, tanto en la academia como en el mundo financiero: “El contrato cobra forma –escribió el entonces graduando- cuando una entidad financiera compra una emisión de títulos que después vende en el mercado secundario”.
Después de su paso por el Congreso a donde llegó con las banderas de la ANAPO y con una líder política como era su mamá La Capitana empujando fuerte. Quería ver a Sammy, como siempre lo ha llamado, en el Palacio de Nariño siguiendo los pasos del General, a quien acompañó en el ejercicio del poder.
Su formación académica en el Rosario le permitió en muchos momentos asumir su propia defensa buscando salidas para el cúmulo de líos jurídicos que enfrentó en el Carrusel de la contratación y que lo llevaron a pasar más de una década detenido, siempre en la Escuela de Caballería, vecina del Parque Nacional a donde sufrió el infarto que lo tiene batallando en el Hospital Militar.