A escasos minutos de salir al escenario donde firmarían el acuerdo de justicia el pasado 23 de septiembre en La Habana, Juan Manuel Santos presionó a Timoleón Jiménez -Timochenko- para que se comprometiera con una fecha para la firma del Acuerdo final. Forzado por las circunstancias, el comandante de las Farc aceptó, sin convicción, la fecha.
Santos lo presentó casi como un ultimátum como un mecanismo de presión a la guerrilla y para ganar confianza de cara a la escéptica opinión pública colombiana. Sin duda la fecha le dio un respiro al Presidente pero muy pronto aparecerían las dificultades. El jefe de la delegación del gobierno, Humberto de la Calle, no acogió el acuerdo construido entre la Comisión de justicia independiente creada por el Presidente Santos y que se había hecho público con Raúl Castro como testigo.
Los ajustes tardaron dos meses que las Farc le anotaron al cronograma. Para estas, los seis meses se contarían a partir de que el documento de justicia se hiciera público y así lo reiteraron en muchas comunicaciones. El gobierno sabía desde hace meses que el 23 de marzo no habría firma del Acuerdo Final, sin embargo el Presidente prefirió mantener la expectativa a la espera de que se lograra firmar al menos un acuerdo parcial potente. Este último cartucho lo quemó con la reunión que aceptó se realizara entre su hermano Enrique y el comandante de las Farc. El enviado presidencial no pudo ir mas allá de lograr distorsionar los ánimos y que las delegaciones se sentaran a dialogar nuevamente después de las dificultades ocasionadas por el incidente de El Conejo (La Guajira) y el documento sobre el fin del conflicto presentado abruptamente por el Comisionado Sergio Jaramillo, además del malestar generado en La Habana por el contenido de la Ley que crea las zonas de concentración de la guerrilla, una vez firmado el acuerdo, en total contravía a lo propuesto por las Farc en La Habana.
Así las cosas la fecha del 23 de marzo llegó en un momento tan inoportuno que quedará fijada en el imaginario colombiano como una promesa incumplida.
Este es el video de la promesa de Santos: