Puerto Resistencia en Cali fue uno de los primeros lugares en los que la alemana Rebecca Sprößer se declaró en resistencia y de la Primera Línea. Ella llevaba varias semanas residiendo en la capital del Valle, a donde había llegado inicialmente de vacaciones, soñando aprender a bailar salsa de forma contundente. Pero, de manera inesperada e intempestiva, se le atravesó el Paro Nacional y ella, en vez de irse, decidió quedarse indefinidamente apoyando las resistencias. Se enamoró del movimiento social que emergió espontáneamente y que puso a Colombia en los noticieros internacionales.
En sus redes sociales empezaron a pulular fotos de ella resistiendo, con capucha y sus nuevos compañeros acompañadas de mensajes de orgullo por considerarse a sí misma en resistencia por Cali y por Colombia. Diariamente se la veía comiendo en las ollas comunitarias, tomándose fotos en las barricadas, siempre buscando relacionarse con los jóvenes que por semanas se enfrentaron casi que diariamente con el ESMAD. Aunque no hablaba mucho, el atractivo exótico de ser alemana y estar convencida de la causa del Paro Nacional en Colombia, le aseguró un lugar privilegiado entre integrantes de las primeras líneas, de quienes se ganó su afecto y su confianza.
Su historia saltó al marco nacional e internacional como una preocupación diplomática cuando, desde su cuenta de Facebook, Rebecca denunció el pasado 23 de julio un atentado que casi termina quitándole la vida y que resultó en la muerte de Johan Sebastián Bonilla Bermúdez, quien fuera su amigo y "ángel de la guarda", como a él se refirió en una entrevista en Los Gustavos. Según su testimonio, cuando se encontraba con él a las afueras de un establecimiento comercial en el barrio La Ceibas del norte de Cali, fueron abordados por un sujeto que, sin mediar palabra, accionó 17 veces su arma en dirección a ellos. Su amigo recibió todos los impactos y ella resultó ilesa con pocos raspones, precisamente porque Bonilla la protegió con su cuerpo del ataque. Días después del asesinato de Johan, Rebecca sería deportada devuelta a Alemania.
Pero en la nueva vida de Rebecca en su país, Colombia seguiría siendo una especie de anhelo. Desde entonces, ha liderado campañas de recolección de fondos para apoyar historias de personas que conoció en Cali y que atraviesan situaciones de necesidad. También ha querido mantener el nombre de Johan Sebastián vivo en la mente de sus seguidores y espectadores. Sus vínculos con Colombia no parecen haberse acabado y así lo ha querido dejar claro en sus redes sociales, en donde ha compartido diferentes conversaciones con personalidades publicas colombianas como el senador Gustavo Bolivar, quien desde el principio se conmovió con su historia.
Con unos pantallazos que le tomó a sus historias de Instagram, Rebecca compartió la promesa que le hizo Bolívar en caso de llegar, de la mano con la candidatura de Gustavo Petro, a la presidencia de Colombia en las elecciones del 2022: acompañarla a visitar la tumba de Johan y prometerle "cambiar el país".
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