A través de un televisor Colombia ha tenido la oportunidad de ver y vivir las más grandes alegrías con los deportistas nacionales, las noticias que han impactado al mundo e incluso aquellas novelas que han marcado muchos corazones con su historia. Entre las transmisiones de televisión más destacadas estuvo la visita del Papa Pablo VI a Colombia el 22 de agosto de 1969 y la llegada del primer hombre a la Luna el 20 de julio de 1969 que cientos de colombianos pudieron ver.
La historia de su llegada es muy interesante y el próximo 13 de junio cumple 70 años de haberlo hecho. Todo empezó con el teniente general Gustavo Rojas Pinilla, quien se habría dedicado en su primer año de gobierno a que el 13 de junio de 1954 se llevara a cabo la primera emisión televisiva del país y lo logró.
La Fiesta Cívica Nacional que trajo Rojas Pinilla
Pero comencemos por el principio, este hombre llegó al poder gracias a un golpe de estado al gobierno conservador de Laureano Gómez el 13 de junio de 1953. Rojas Pinilla sabía muy bien que su imagen iba a ser reproducida por los medios de comunicación y fue por eso que decidió hacer ese esfuerzo para que la primera emisión televisiva fuera una “Fiesta Cívica Nacional” a propósito de su primer año de mandato.
Eso sí, no fue nada fácil, los encargados de esa primera transmisión tuvieron que buscar el lugar idóneo para que la cobertura fuera un éxito. Escogiendo entonces el Hospital Militar que se encuentra en los cerros para poner una antena de 30 metros de altura. Una vez llegaron los técnicos en televisión desde Cuba todo se puso en marcha y el himno nacional, acompañado de las imágenes de la Orquesta Sinfónica de Colombia, fue lo primero que se escuchó y se vio aquel día.
Desde la llegada de la televisión al país y entre los años 1958 -1974 se realizaron varios cambios a la televisión hasta que en los setentas pudo verse a color. De a pocos se fue ampliando la transmisión y gracias a antenas repetidoras ya estaba en la mayoría de departamentos.
La hazaña de Fernando Gómez Agudelo como pionero de la TV
Lo que pocos saben es que el artífice detrás de los planes de Rojas Pinilla y pionero de la televisión colombiana fue Fernando Gómez Agudelo. Un joven ‘rolo’ nacido el 22 de abril de 1931, quien ni siquiera había terminado sus estudios de Derecho en la Universidad Javeriana cuando el gobierno lo nombró director de la Radio Nacional.
Fue quien propuso la posibilidad de hacer una primera transmisión televisiva en Colombia, eso sí bajo la condición de Rojas Pinilla de celebrarlo como el primer aniversario del golpe de estado. Algo que debía hacerse en tiempo record, desde equipos, infraestructura y personal.
Pero Gómez se esforzó en conseguirlo todo entre talentos nacionales y extranjeros. Empezando por los artistas escénicos que venían de los grupos que trabajaban con la Radio Nacional, bajo la coordinación de Bernardo Romero Lozano. Por otro lado consultó a los técnicos del MIT, en Estados Unidos, sobre cuál era la infraestructura idónea para Colombia, lo que permitió la llegada de los equipos de la Siemens alemana.
Sin contar los operadores que vinieron de Cuba que tenían toda la experiencia técnica y visual de la televisión. Finalmente los estudios serían montados en la Biblioteca Nacional. Es decir que gracias a la brillante administración de Fernando Gómez Agudelo iniciaron con éxito la primera y varias transmisiones que cambiaron y enriquecieron las costumbres de los colombianos por diversas décadas.
Pero su papel no fue solo fue destacado en los inicios de la televisión en Colombia si no también en el desarrollo de la misma. Su nombre fue histórico durante los siguientes cuarenta años después de su llegada. Empezando nada más y nada menos con que Gómez Agudelo fundó la empresa RTI, junto con Fernando Restrepo Suárez.
Y para nadie es un secreto que fue gracias a RTI que la televisión colombiana se transformó a nivel técnico y creativo. Desde las primeras producciones a color a finales de los setentas hasta las transmisiones remotas de eventos cruciales para la humanidad como el arribo del hombre a la Luna, y la construcción de los Estudios Gravi.
Además de las producciones clásicas de los programas periodísticos de la época como Enviado especial y concursos como El programa del millón, adaptaciones literarias en El cuento del domingo. También producciones de las épocas doradas entre las que resaltaron El gallo de oro, Los pecados de Inés de Hinojosa y Cuando quiero llorar no lloro.
Este hombre que le trajo tanto a Colombia a través de la televisión recibió la Cruz de Boyacá de manos de nada más y nada menos que el presidente César Gaviria un año antes de su muerte. Falleció el 16 de noviembre de 1993 dejando una huella que perdura hasta el día de hoy.
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