Tras una reunión con la cúpula militar y su gabinete en pleno, el presidente Juan Manuel Santos resolvió suspender los diálogos de paz con las Farc. A pedido de los generales, la reacción de Santos ante el secuestro del primer general de la Republica durante todo el conflicto, fue contundente: levantarse de la mesa hasta cuando no aparezca el General Rubén Darío Álzate desaparecido en el Choco junto al cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, coordinadora de proyectos especiales del Ejército. Previo a su decisión, Santos había pedido vía twitter al ministro de defensa Juan Carlos Pinzón una explicación de por qué el oficial estaba en la zona violando los protocolos de seguridad, mensaje que molestó a los Generales que sintieron que se le estaba culpando al general en vez de que repudiar su retención. La Casa de Nariño confirmó que el secuestro fue ejecutado por el frente 34 de Farc, aunque la información inicialmente fue difundida por el expresidente Uribe, quien entregó los mínimos detalles. En la última semana las Farc asesinaron a dos indígenas que protestaban porque les habían violado su territorio sagrado en Cauca y secuestraron a dos soldados en Arauca, lo que ayudó a colmar la paciencia del Presidente Santos.