Pasada la medianoche en Washington DC (seis horas más en la España peninsular), casi nada había cambiado respecto a las elecciones de 2016 en las que Donald Trump venció a Hillary Clinton; de nuevo, prácticamente los mismos Estados que uno y otro partido ganaron entonces eran los que habían ganado el actual presidente y su oponente Joe Biden, salvo que éste se había hecho con Arizona, lo que le dio un impulso a su candidatura. De este modo, toda la expectación está puesta, como estaba previsto, en los nueve Estados cambiantes, sobre todo Pensilvania, y en el resultado final de Estados industriales como Michigan y Wisconsin, cuyo recuento final no llegará hasta muy entrada la madrugada o incluso durante la mañana del miércoles, debido al abundante voto anticipado que hay que contabilizar.
Con escrutinios más o menos avanzados en cada caso, Florida, Texas, Georgia, Carolina del Norte, Iowa, Ohio y Pensilvania se inclinaban hacia Trump, mientras que Arizona era para Joe Biden. El recuento en Nevada apenas alcanzaba el 5% a la 1.00 horas de la madrugada.
En este escenario, Pensilvania aparece como un Estado llamado a ser clave. Aunque con un 64% del coto escrutado, Trump obtenía en ese territorio un 56,6% de los votos y sacaba más de 14 puntos a Biden, la brecha puede ser engañosa puesto que Pensilvania no empezará a procesar los votos anticipados hasta la mañana del miércoles y tendrá que contar las papeletas que lleguen hasta el viernes siempre que tengan el matasellos del martes electoral o antes, lo que en caso de que las elecciones sean ajustadas, augura una semana de recuento de infarto.
Según la cadena ABC, una situación similar a la de Pensilvania afectaría a Estados como Michigan, Ohio, Wisconsin y Carolina del Norte, donde se habrían contado primero los votos emitidos en la jornada electoral, que, en principio, son ventajosos para Trump mientras que el voto anticipado tiende a favorecer al candidato demócrata.
El candidato demócrata, Joe Biden, dio un breve discurso en torno a las 00.40 de la madrugada desde su base central de Wilmington, en Delaware. "Estamos en la senda de la victoria", dijo, y pidió "paciencia porque hay que recontar todos y cada uno de los votos emitidos". "Vamos a ganar Pensilvania", añadió, y aseguró tener buenas "vibraciones con Michigan y Wisconsin".
Trump, casi en ese mismo momento, publicó un tuit en el que aseguraba que los demócratas "están tratando de robar las elecciones". "No lo vamos a permitir", dijo, y añadió que "no se pueden emitir votos una vez cerradas las urnas", cumpliendo así los presagios que apuntaban a que el presidente se agarraría a la baza de las elecciones amañadas como seguro ante una posible derrota suya.
En cualquier caso, cualquier ventaja del presidente en los recuentos de los Estados cambiantes debe ser cogida con cautela puesto que en el transcurso de la noche o de la jornada del miércoles, la balanza se puede decantar para el bando azul, el de Joe Biden.
El mapa electoral hasta la media noche estaba siendo grosso modo el mismo patrón de hace cuatro años: la costa Oeste y la norte de la Este para Joe Biden, y la franja central y el sureste para Biden. A falta de asignar ningún Estado bisagra, la red de emisoras públicas, la NPR, ponía por delante a Biden en el Colegio Electoral por 223 compromisarios asegurados frente a 174 de Donald Trump, tras haberle asignado Florida. Será presidente quien consiga una mayoría de 270 miembros en ese órgano.
Si durante los recuentos que prosigan el miércoles o en los días siguientes, los Estados cambiantes no cambian de dirección y empiezan a caer del lado de Trump, el presidente cerrará mucho esa diferencia. Sólo Texas y Georgia aportan 54 compromisarios (38 y 16, respectivamente). Si finalmente el resultado final es muy ajustado, todo indica que el vencedor podrá resultar del recuento final de Pensilvania, que aporta 20 compromisarios al Colegio. Precisamente, pasada la medianoche, el fiscal general de este Estado, Josh Shapiro, publicó un tuit en el que dijo: "Id a dormir un rato. Hemos tenido una tranquila jornada electoral. Los operarios electorales están trabajando contando los votos. Como hemos dicho durante meses: estas elecciones no estarán terminadas hasta que no estén contadas todas las papeletas. Tened calma".
En cuanto al Senado y la Cámara de los Representantes, según el recuento de la NPR, pasada la medianoche en Washington, en la primera de las cámaras, la alta, demócratas y republicanos tenían 43 a 46 escaños, respectivamente. El Senado tiene cien escaños (dos por Estado), de modo que alcanza la mayoría quien obtenga 51. En caso de empate, es decisivo quién obtenga la presidencia puesto que su vicepresidente tiene la potestad de deshacer empates en la cámara alta. Actualmente, el Senado tiene mayoría republicana por 53 a 47.
En cuanto a la Cámara de los Representantes, los republicanos ganaban entrada la madrugada en Washington por 159 frente a 150 escaños, aunque aún quedaban por resolver el destino de 126 asientos de la cámara baja, en estos momentos de mayoría demócrata. La mayoría la tendrá quien consiga 218 o más escaños.