El 17 de junio del 2018 fue el día más feliz para Juan Carlos Osorio. Contra todo pronóstico su equipo, México, derrotaba por primera vez en su historia a Alemania, campeona del mundo vigente. Los aztecas, reacios a alabar a extranjeros, se rindieron a los pies de Osorio. Su método, de rotar a todo el equipo para que nadie se sienta suplente ni titular, le trajo resultados desastrosos como el 7-0 contra Chile en la Copa América del 2016, pero también logró su triunfo más grande, la victoria contra Alemania.
México salió en octavos de final eliminada por la Brasil de Neymar. Osorio quería dirigir la selección Colombia pero la Federación se decantó por el proyecto de Queiroz. En Colombia habían periodistas que presionaban para que el seleccionador fuera Osorio. Él se fue a Paraguay en donde quedó muy mal y dejó el proyecto tirado después de recibir una oferta del Atlético Nacional. La idea que tenía el risaraldense era estar cerca de la selección, por si el barco del portugués naufragaba.
Pero todo le ha salido al revés a Juan Carlos Osorio. Nacional es un desastre y Colombia empezó con pie derecho la eliminatoria mundialista. Después de su empate contra River Plate de Uruguay en Medellín, haciendo un partido pobrísimo. Sin embargo, insuflado por su infatigable egocentrismo, dijo que había sido un "partido excelente". Los hinchas, en cambio, no lo aguantan más: