Es difícil creer que alguna vez Vanessa Navarro tuvo 30 kilos de sobrepeso. Sus piernas largas y el cuerpo perfectamente torneado no dejan vestigio alguno de los problemas de autoestima que tuvo en su adolescencia. Ser hija de Stella Durán, campeona en fórmulas para perder peso, antes que ayudarle se le volvía una presión. Su mamá era nada menos que la empresaria que había creado un imperio en torno a productos de belleza y a pastillas adelgazantes desde hace 30 años. Ella de por si misma era despampante. Alta, rubio, de profundos ojos verdes, la gente le preguntaba, sin empacho, porqué era tan distinta a Stella. Por eso Vanessa siempre pensó que era un ser sobrenatural. No sólo había sacado adelante y sola a tres niños. Nacida en Ocaña en la década del cuarenta, aprovechó las únicas posibilidades que tenía: estudiar en la Normal, ser profesora normalista y luego estudiar una licenciatura en Educación Fïsica y dedicarse a su pasión máxima, la vanidad.
Vanessa se propuso no dejarse derrotar por su sobrepeso y más aun demostrarle a su mamá que crecer los negocios de estética. En 1993 fundaron Ala compañía Stella Durán Productos Naturales, pero al poco tiempo lanzó su propia marca: Vann’s Style Ltda . El exito no se hizo esperar, habia entrado por la puerta grande al mundo de las televentas.
Debió ser un choque muy fuerte para Vanessa cuando se enteró de la peor de las noticias, su mamá y socia en varios negocios, había sido detenida por una red de corrupción en el Invima de la que supuestamente hacía parte. La red se encargaba de agilizar la expedición y falsificación de registros sanitarios. Es decir que los millones de colombianos que habían comprado sus productos esperando adelgazar sin dietas podrían haber sido engañados. El golpe fue tan duro que desde el día de la detención de su mamá Vanessa Navarro, la mujer que más aparece en televisión en Colombia, no ha dado una sola declaración pública.
Admiró tanto a su mamá que siempre quiso trabajar con ella, desde 1993 cuando creó la compañía Stella Durán Productos Naturales. Al poco tiempo, y teniendo menos de 20 años, Vanessa creó la empresa que la haría famosa, Vann’s Style Ltda, que consiguió éxito y fama gracias al impulso que le daban sus televentas.
En el Canal Uno el rostro de Vanessa aparecía día y noche y acompañó la vigilia de millones de colombianos. Algunos, sofocados por la baja autoestima y el sobrepeso la convirtieron en su gurú y compraron miles de medias, fajas, cremas para bajar de peso y artículos para hacer ejercicios. Incluso artistas de talla mundial como la cantante Pink compraron sus fajas para delinear mejor su cuerpo
La ayuda de su mamá sólo le sirvió para impulsarse. En poco tiempo Vanessa Navarro ya tenía presencia directa en 75 países y más de 60 tiendas. Su empresa atendía 5.000 llamadas al día y en la nómina manejaba a 500 empleados. Nada hizo mella en su intento por crear un imperio de la vanidad. En el 2002 la Superintendencia de Industria y Comercio la sancionó con 56 millones de pesos por publicidad engañosa: su producto, Revertrex, de la que era la imagen oficial su amiga, Amparo Grisales, no cumplía lo que prometía: La juventud eterna.
A sus 46 años esta bumanguesa parecía estar en el pináculo del éxito. Acostumbrada desde siempre a guerrearla –quedó embarazada a los 16 años- a ser reponerse del robo del hombre que amaba, quien la dejó sin un peso a los 18, a quitarse de encima a punta de sus famosos parches adelgazantes los 30 kilos de mas que llegó a pesar cuando tuvo su segunda hija, Vanessa ahora tiene que reponerse al peor golpe de su vida, la detención de su madre, socia y maestra Stella Durán. Ahora, además, tiene otra duda, saber si el lío al que se enfrenta su mamá afectará sus negocios.