La nueva reforma tributaria aprobada por el Congreso en realidad fue un acuerdo político para recaudar $15,2 billones sin tocar a las personas naturales, pero algunos sectores empresariales han criticado que el aumento de tarifas no haya considerado tener niveles diferentes por tamaño de empresas.
El impuesto a la renta subió cinco puntos, del 30 al 35%, para todas las empresas, pero las pequeñas y medianas sentirán con más fuerza el impacto, sobre todo en el flujo de caja, como lo explica Alejandra Osorio, subdirectora de Acopi-Bogotá, el gremio que representa a las mypimes.
El principal problema es que la renta no es progresiva; los que tienen más siguen pagando lo mismo. Y el Régimen Simple, la ayuda más grande para los microempresarios, termina sin ser suficiente y permite que una pequeña empresa termine pagando más impuestos que una grande.
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