¿Hasta dónde va a llegar la prensa tradicional colombiana y sus propietarios, ocultando la historia de la ya larga y extensa corrupción de los últimos 40 años de la clase política de siempre en alianza con gran parte de los grupos económicos y otros actores ilegales (paramilitares y narcotraficantes), erigida en todo un régimen de complicidades como lo develó el extinto Álvaro Gómez Hurtado y por eso lo asesinaron?
¿Por qué pretenden camuflar con eventos desafortunados del actual mandato de Gustavo Petro eventos que este ha reconocido y denunciado con claridad?
Todas las infamias de décadas y décadas de los gobiernos anteriores desde Julio César Turbay Ayala con su genocida estatuto de seguridad que tantos muertos dejó; luego el mandato de Virgilio Barco Vargas durante el que se intensificó el asesinato de cientos de miembros del partido UP (Unión Patriótica) y, a continuación, ese aparente nuevo comienzo constitucional que resultó siendo tan cruel como los anteriores, con el gobierno de César Gaviria que implementó de golpe el neoliberalismo en Colombia y dejamos de producir, tambièn de golpe, aquello que hoy en día importamos, dejando el campo descuidado y a miles y miles de familias, en medio de la violencia, desvalidas y sin recursos para que el Estado pudiera responder a sus derechos fundamentales.
Pasando por el dolorosísimo tiempo de los mandatos de Uribe Vélez con su estatuto militarista de "seguridad democrática", el mismo de los 6.402 inocentes asesinados, y su radical venta de activos del sector público, por monedas, al sector privado; siguiendo con los gobiernos de Santos, quien como ministro de defensa del gobierno de Uribe Vélez estuvo comprometido en esos falsos positivos, el cual, en su segundo mandato, logró separarse de ese Uribato que le llevó al poder y pudo firmar con las Farc una incompleta negociación de paz en tanto se quedaron por fuera unas disidencias de esta guerrilla que siguen, como delincuentes, defendiendo sus negocios con el narcotráfico y haciéndole piruetas a la paz total que, de buena fe, les viene proponiendo la administración Petro...
Hasta llegar a la muy desastrosa y cuestionada administración de Iván Duque, que no la querían siquiera los miembros de su propio partido político (Centro Democrático), con las enormes marchas de insatisfacción en su contra reprimidas por el Esmad en la que murieron estudiantes y otros quedaron sin ojos, ni qué decir, esa corrupción rampante como aquella del cartel de "Las Marionetas" en la que resultó mencionada hasta la madre del propio presidente, el caso Abudinen, aun sin castigar, que dejó sin internet a los estudiantes de las zonas rurales...
El mandato que dejó vacío el Fondo de Estabilización de los combustibles dejando la gasolina por el aire y en problemas al gobierno siguiente de Petro, aquel acto de descaro en el que, presuntamente, se "galafartió" 500 mil millones de pesos para cumplir con lo acordado en la negociación de paz, el pavoroso endeudamiento en el que dejó sumido al gobierno nacional cuyo costo/beneficio no se ve aún claramente reflejado, sin tener en cuenta que, hasta minutos antes de la posesión de Gustavo Petro, sus funcionarios estuvieron firmando contratos a diestra y siniestra y ocultando todos estos hechos de corrupción.
Es que la prensa tradicional y sus propietarios tratan de meter en un escaso periodo de 2 años de la actual administración, toda la corrupción de décadas y décadas.
¡Qué desolador llega a ser, éticamente, el panorama de los periodistas colombianos que son obligados a prestarse a la manipulación de los directores y jefes de redacción de unos medios de comunicación de propiedad de unos grupos económicos que, en el marco de este corrompido modelo neoliberal, han hinchado sus bolsillos con las tierras, los contratos y demás recursos del Estado mientras millones han sido sometidos a vivir en la penuria y sin respaldo para sus derechos fundamentales!
Todo ese discurso del ocultamiento adrede de esa prensa de los poderosos de siempre ya está teniendo costos, por reconocimiento de sus ocultamientos históricos cuando no por su desinformación, que van a verse reflejados en contra de sus aliados políticos en los resultados de las elecciones nacionales y presidenciales del 2026.
Bien vale la pena recordarles que ya Petro les ganó la presidencia sin maquinaria contractual y burocrática alguna y que de nada ha valido que lo tratarán de guerrillero, secuestrador, cacas y otros vulgares epítetos con los que se ha intentado, infructuosamente, de deformar su muy batallada y evidente trayectoria política en contra del paramilitarismo y de este régimen de corrupción de hace mucho tiempo.
